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Cobardía
Te empeñas en ser mundano, frívolo y atolondrado porque eres cobarde. ¿Qué es, sino cobardía, ese no querer enfrentarte contigo mismo? (Camino 18).
Para que no lo imites, copio de una carta este ejemplo de cobardía: "desde luego, le agradezco mucho que se acuerde mí, porque necesito muchas oraciones. Pero también le agradecería que, al suplicarle al Señor que me haga «apóstol», no se esfuerce en pedirle que me exija la entrega de mi libertad". (Surco 11).
Ama y busca la ayuda de quien lleva tu alma. En la dirección espiritual, pon al descubierto tu corazón, del todo -¡podrido, si estuviese podrido!-, con sinceridad, con ganas de curarte; si no, esa podredumbre no desaparecerá nunca.
Si acudes a una persona que sólo puede limpiar superficialmente la herida..., eres un cobarde, porque en el fondo vas a ocultar la verdad, en daño de ti mismo (Forja 128).
La naturalidad y la sencillez son dos maravillosas virtudes humanas, que hacen al hombre capaz de recibir el mensaje de Cristo. Y, al contrario, todo lo enmarañado, lo complicado, las vueltas y revueltas en torno a uno mismo, construyen un muro que impide con frecuencia oír la voz del Señor. Recordad lo que Cristo echa en cara a los fariseos: se han metido en un mundo retorcido que exige pagar diezmos de la hierbabuena, del eneldo y del comino, abandonando las obligaciones más esenciales de la ley, la justicia y la fe; se esmeran en colar todo lo que beben, para que no pase ni un mosquito, pero se tragan un camello (Cfr. Mt XXIII, 23-24).
No. Ni la vida humana noble del que -sin culpa- no conoce a Jesucristo, ni la vida del cristiano deben ser raras, extrañas. Estas virtudes humanas, que estamos considerando hoy, conducen todas a la misma conclusión. Es verdaderamente hombre el que se empeña en ser veraz, leal, sincero, fuerte, templado, generoso, sereno, justo, laborioso, paciente. Comportarse así puede resultar difícil, pero nunca extraño. Si algunos se asombrasen, sería porque miran con ojos turbios, nublados por una secreta cobardía, falta de reciedumbre. (Amigos de Dios 90).