Página inicio

-

Agenda

19 noviembre 2026

MODO DE VIVIR: Aprovechamiento del tiempo en el estudio

Aprovechamiento del tiempo en el estudio

Oras, te mortificas, trabajas en mil cosas de apostolado..., pero no estudias. -No sirves entonces si no cambias.
El estudio, la formación profesional que sea, es obligación grave entre nosotros. (Camino 334).

Profesor: que te ilusione hacer comprender a los alumnos, en poco tiempo, lo que a ti te ha costado horas de estudio llegar a ver claro. (Surco 229).

En el servicio de Dios, no hay oficios de poca categoría: todos son de mucha importancia.
-La categoría del oficio depende del nivel espiritual del que la realiza. (Forja 618).

Tengo que hablaros del tiempo, de este tiempo que se marcha. No voy a repetir la conocida afirmación de que un año más es un año menos... Tampoco os sugiero que preguntéis por ahí qué piensan del transcurrir de los días, ya que probablemente -si lo hicierais- escucharíais alguna respuesta de este estilo: juventud, divino tesoro, que te vas para no volver... Aunque no excluyo que oyerais otra consideración con más sentido sobrenatural.
Tampoco quiero detenerme en el punto concreto de la brevedad de la vida, con acentos de nostalgia. A los cristianos, la fugacidad del caminar terreno debería incitarnos a aprovechar mejor el tiempo, de ninguna manera a temer a Nuestro Señor, y mucho menos a mirar la muerte como un final desastroso. Un año que termina -se ha dicho de mil modos, más o menos poéticos-, con la gracia y la misericordia de Dios, es un paso más que nos acerca al Cielo, nuestra definitiva Patria.
Al pensar en esta realidad, entiendo muy bien aquella exclamación que San Pablo escribe a los de Corinto: tempus breve est! (1 Cor VII, 29), ¡qué breve es la duración de nuestro paso por la tierral Estas palabras, para un cristiano coherente, suenan en lo más íntimo de su corazón como un reproche ante la falta de generosidad, y como una invitación constante para ser leal. Verdaderamente es corto nuestro tiempo para amar, para dar, para desagraviar. No es justo, por tanto, que lo malgastemos, ni que tiremos ese tesoro irresponsablemente por la ventana: no podemos desbaratar esta etapa del mundo que Dios confía a cada uno. (Amigos de Dios 39).

Con este ambiente general, contrastaba el clima que nuestro Fundador creó en torno a sí, desde el primer momento. Para tener bien ocupado el día, estableció un horario, en el que había lugar para la Santa Misa, para las Normas de piedad, para el estudio, para el aprendizaje de idiomas, para la convivencia familiar..., persuadido de que estaban preparando un futuro fecundo al apostolado del Opus Dei. Lo refleja bien un punto de Camino, que alude a aquellas circunstancias: No se veían las plantas cubiertas por la nieve, -y comentó, gozoso, el labriego dueño del campo, “ahora crecen para adentro”.
-Pensé en ti: en tu forzosa inactividad...
-Dime: ¿creces también para adentro?


(Crecer para adentro. Presentación)