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21 octubre 2026

¿Será cierto que -desgraciadamente- abundan los que faltan a la justicia con sus calumnias y, después, invocan la caridad y la honradez, para que su víctima no pueda defenderse?

Ayuda a tu hermano

No pensemos que valdrá algo nuestra aparente virtud de santos si no va unida a las corrientes virtudes de cristianos.
-Esto sería adornarse con espléndidas joyas sobre los paños menores.
(Camino 409).

El deber de la fraternidad, con todas las almas, hará que ejercites el "apostolado de las cosas pequeñas", sin que lo noten: con el afán de servicio, de modo que el camino se les muestre amable. (Surco 737).

Todos esos consuelos del Amo, ¿no serán para que yo esté pendiente de Él, sirviéndole en las cosas pequeñas, y poder así servirle en las grandes?
-Propósito: dar gusto al buen Jesús en los detalles minúsculos de la vida cotidiana. (Forja 203).

Al examinar cómo es y cómo debería ser nuestra piedad; en qué puntos determinados debería mejorar nuestra relación personal con Dios, si me habéis entendido, rechazaréis la tentación de imaginar hazañas insuperables, porque habréis descubierto que el Señor se contenta con que le ofrezcamos pequeñas muestras de amor en cada momento.
Procura atenerte a un plan de vida, con constancia: unos minutos de oración mental; la asistencia a la Santa Misa -diaria, si te es posible- y la Comunión frecuente; acudir regularmente al Santo Sacramento del Perdón -aunque tu conciencia no te acuse de falta mortal-; la visita a Jesús en el Sagrario; el rezo y la contemplación de los misterios del Santo Rosario, y tantas prácticas estupendas que tú conoces o puedes aprender.
No han de convertirse en normas rígidas, como compartimentos estancos; señalan un itinerario flexible, acomodado a tu condición de hombre que vive en medio de la calle, con un trabajo profesional intenso, y con unos deberes y relaciones sociales que no has de descuidar, porque en esos quehaceres continúa tu encuentro con Dios. Tu plan de vida ha de ser como ese guante de goma que se adapta con perfección a la mano que lo usa.
Tampoco me olvides que lo importante no consiste en hacer muchas cosas; limítate con generosidad a aquellas que puedas cumplir cada jornada, con ganas o sin ganas. Esas prácticas te llevarán, casi sin darte cuenta, a la oración contemplativa. Brotarán de tu alma más actos de amor, jaculatorias, acciones de gracias, actos de desagravio, comuniones espirituales. Y esto, mientras atiendes tus obligaciones: al descolgar el teléfono, al subir a un medio de transporte, al cerrar o abrir una puerta, al pasar ante una iglesia, al comenzar una nueva tarea, al realizarla y al concluirla; todo lo referirás a tu Padre Dios. (Amigos de Dios 149).