Página inicio

-

Agenda

2 junio 2026

MODO DE VIVIR: Carácter audaz y valiente

Carácter audaz y valiente

Crécete ante los obstáculos.- La gracia del Señor no te ha de faltar: "inter medium montium pertransibunt aquae" -¡pasarás a través de los montes!
¿Qué importa que de momento hayas de recortar tu actividad si luego, como muelle que fue comprimido, llegarás más lejos que nunca soñaste? (Camino 2).

Hay algunos que, cuando hablan de Dios, o del apostolado, parece como si sintieran la necesidad de defenderse. Quizá porque no han descubierto el valor de las virtudes humanas y, en cambio, les sobra deformación espiritual y cobardía. (Surco 37).

No tengas miedo, ni te asustes, ni te asombres, ni te dejes llevar por una falsa prudencia.
La llamada a cumplir la Voluntad de Dios -también la vocación- es repentina, como la de los Apóstoles: encontrar a Cristo y seguir su llamamiento...
-Ninguno dudó: conocer a Cristo y seguirle fue todo uno. (Forja 6).

La naturalidad y la sencillez son dos maravillosas virtudes humanas, que hacen al hombre capaz de recibir el mensaje de Cristo. Y, al contrario, todo lo enmarañado, lo complicado, las vueltas y revueltas en torno a uno mismo, construyen un muro que impide con frecuencia oír la voz del Señor. Recordad lo que Cristo echa en cara a los fariseos: se han metido en un mundo retorcido que exige pagar diezmos de la hierbabuena, del eneldo y del comino, abandonando las obligaciones más esenciales de la ley, la justicia y la fe; se esmeran en colar todo lo que beben, para que no pase ni un mosquito, pero se tragan un camello (Cfr. Mt XXIII, 23-24).
No. Ni la vida humana noble del que -sin culpa- no conoce a Jesucristo, ni la vida del cristiano deben ser raras, extrañas. Estas virtudes humanas, que estamos considerando hoy, conducen todas a la misma conclusión. Es verdaderamente hombre el que se empeña en ser veraz, leal, sincero, fuerte, templado, generoso, sereno, justo, laborioso, paciente. Comportarse así puede resultar difícil, pero nunca extraño. Si algunos se asombrasen, sería porque miran con ojos turbios, nublados por una secreta cobardía, falta de reciedumbre. (Amigos de Dios 90).