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23 enero 2025

MODO DE VIVIR: Obstáculos

Sheila Morataya-Fleishman
Por supuesto que para llegar a alguna parte importante en la vida siempre hay que saltar obstáculos. En tu caso, si apenas has dejado atrás a la niña y empiezas a descubrir a la mujer que hay en ti, si eres una joven mujer que piensa, siente, descubre los ideales y decide, tal vez te servirán estos humildes consejos:
– No permitas nunca la comodidad, la pereza o la ley del menor esfuerzo.
– Trata siempre de aprovechar al máximo los talentos e inteligencia que Dios te ha concedido. Tu tiempo es oro.
– Vigila bien quiénes son tus amigos y si están colaborando a que des lo mejor de ti. Muchas veces, por ser demasiado sentimentales o depender mucho de el cariño de otros, te haces grupos de amigos que no son lo mejor para ti. Lamentablemente te das cuenta de esto cuando ya has perdido un precioso tiempo de la vida.
– Empieza a observar desde ahora a las jóvenes ejecutivas que están triunfando. Por mujeres triunfadoras, me refiero a aquellas que se esfuerzan en vivir cara a Dios y dan claras muestras de practicar las virtudes humanas, aumentando así su prestigio profesional. No para ser admirada por otros, sino para dar Gloria a Dios en todo lo que emprende.
– Te puedes dar permiso de enamorarte, pero nunca perder la cabeza por un amor. Entre más pronto aprendas a dominar interiormente tu corazón, más pronto alcanzarás la madurez tan necesaria para enfrentarse con dignidad al mundo. ¿Porqué viene esto del amor al caso? Porque lamentablemente hay muchas jovencitas que dejan sus estudios a un lado para ir detrás de un amor que en la mayoría de las veces no es correspondido. ¿Vale la pena? Que te lo responda tu inteligencia.
Querida amiga, cada mujer tiene su camino. Un camino que viene determinado por las características individuales – aptitudes, personalidad, intereses e ideales- y por el mercado de trabajo. Cuando ese camino se halla, no sólo se resuelve la vida a nivel económico, sino lo que es mucho más importante, que como mujer te realices a ti misma y honres a Dios al trabajar con la perfección con la cual trabajó aquel hermoso carpintero llamado Jesús. El mismo que en su día fue un bebé, niño, adolescente y que seguramente también tuvo sus crisis como las tienes tú. Más sin embargo, encontró y se preparó intensamente para desempeñar con perfección aquello para lo cual había nacido: Ser el Salvador del Mundo y tu modelo de profesional completo. ¡Que maravilloso es saberlo y así ponerle alegría y entusiasmo al estudio! Pruébalo.