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20 diciembre 2024

MODO DE VIVIR: «Volver» a Jesús por María

«Volver» a Jesús por María
En aquel septiembre de 1932, san Josemaría meditó repetidas veces sobre el papel que la Virgen juega en nuestro camino a Jesús. En este caso, no se trata ya de encontrar a Cristo, de descubrir cuál es su voluntad para nosotros, sino, como hemos visto, de «volver» a Él. Su lenguaje resultaba novedoso para quienes se le acercaban. El beato Álvaro del Portillo, por ejemplo, recuerda que él mismo se sorprendió: «Entonces pregunté yo al Padre: Padre, ¿por qué ha puesto esto? Que se va por María, ya lo entiendo, pero que se vuelve... Y me dijo: «hijo mío, si alguno tiene la desgracia de separarse de Dios por el pecado, o está a punto de separarse porque le va entrando la tibieza y la desgana, entonces acude a la Santísima Virgen y encuentra otra vez la fuerza; la fuerza para ir al confesonario, si hace falta, para ir a la Confidencia y abrir bien la conciencia con gran sinceridad -sin que haya recovecos en el alma, sin que haya secretos a medias con el diablo- y por María, se va a Jesús»[13].
Levantarse después de una caída cuesta, y cuesta más a medida que pasan los años. En lo físico, resulta evidente: basta ver el revuelo que se forma cuando una persona mayor se cae por la calle. Pero esa afirmación es igualmente cierta en lo espiritual. A medida que crecemos en edad, se nos puede hacer más y más costoso pedir perdón. Nos humilla seguir cayendo en los mismos pecados, nos avergüenza cometerlos -«¡a estas alturas!»-, se nos hace insoportable seguir constatando nuestra propia debilidad… y, a veces, cedemos a una desesperanza que nos roba la alegría.
«Es María, en fin, quien lleva a Jesús; y Jesús nos lleva al Padre. Ella es, sencillamente, quien facilita el acceso a Dios» (San Josemaría) Lucas Buch. Nuevos Mediterráneos