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7 septiembre 2026

LA DIVINA MISERICORDIA

Santa María Faustina Kowalska
Extraído de su Diario sobre la Divina Misericordia

+ El día de hoy es para mí excepcional, a pesar de haber sufrido tanto, mi alma está inundada de un gran gozo. En la habitación aislada contigua a la mía, había una judía gravemente enferma; hace tres días fui a visitarla, sentí un dolor en mi alma al pensar que moriría en poco tiempo y que la gracia del bautismo no lavaría su alma. Hablé con la hermana que la cuidaba de administrarle el santo bautismo al acercarse el último momento. Pero existía esa dificultad de que siempre había judíos a su lado.
Sin embargo, sentí en el alma la inspiración de rogar delante de la imagen que Jesús me había ordenado pintar. Tengo un folleto en cuya cubierta figura la reproducción de la imagen de la Divina Misericordia. Y le dije al Señor: Jesús, Tú Mismo me has dicho que concederás muchas gracias a través de esta imagen, por eso Te pido la gracia del santo bautismo para esta judía; no importa quién la bautice con tal de que sea bautizada. Después de estas palabras fui extrañamente tranquilizada y tenía la certeza absoluta de que el agua del santo bautismo fluiría sobre su alma a pesar de las dificultades. Y durante la noche, cuando ella estaba muy débil, me levanté tres veces para estar con ella y esperar el momento oportuno para alcanzarle esta gracia. Por la mañana daba la impresión de sentirse mejor. Por la tarde empezó a acercarse el último momento; la hermana que la asistía dijo que sería difícil administrarle aquella gracia porque estaban junto a ella. Y llegó el momento cuando la enferma empezó a perder el conocimiento, pues algunos comenzaron a correr para buscar al médico y los demás en otras direcciones para salvar a la enferma y sucedió que la enferma se quedó sola y la hermana que la cuidaba la bautizó. Y antes de que todos volvieran, su alma se había vuelto bella, adornada de la gracia de Dios y expiró en seguida. La agonía duró poco tiempo, fue como si se hubiera dormido. De repente vi su alma de una belleza admirable entrando en el cielo. Oh, qué bella es el alma en la gracia santificante; el gozo dominó mi alma por haber obtenido delante de la imagen una gracia tan grande para aquella alma.
Hoy, con la Madre Superiora fuimos a ver a cierto señor donde se están imprimiendo y pintando estampitas de la Divina Misericordia, también las invocaciones y la coronilla que han sido ya aprobadas, Habíamos de ver también la imagen más grande corregida, Es muy parecida, me he alegrado de eso grandemente. Al mirar la imagen me traspasó el amor de Dios tan vivo que durante un momento no sabía dónde estaba. Después de tratar este asunto fuimos a la iglesia de la Santísima Virgen María, oímos la Santa Misa durante la cual el Señor me dijo que gran número de almas se salvará por medio de esta obra. Luego entré en un coloquio íntimo con el Señor dándole gracias por haberse dignado concederme la gracia de poder ver difundirse el culto de su insondable misericordia. Me sumergí en una profunda plegaria de agradecimiento. Oh, qué grande es la generosidad de Dios, sea alabado el Señor que es fiel a sus promesas...
+ Hoy he visto la gloria de Dios que fluye de esta imagen. Muchas almas reciben gracias aunque no lo digan abiertamente. Aunque su suerte varía, Dios recibe gloria a través de ella y los esfuerzos de Satanás y de la gente mala se estrellan y vuelven a la nada. A pesar de la maldad de Satanás, la Divina Misericordia triunfará en el mundo entero y recibirá el culto de todas las almas.