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22 junio 2026

LA DIVINA MISERICORDIA

Santa María Faustina Kowalska
Extraído de su Diario sobre la Divina Misericordia

Hoy hace un calor difícil de soportar; deseamos la lluvia, sin embargo no llueve. Desde hace algunos días el cielo se nubla, pero la lluvia no llega. Al mirar las plantas sedientas de lluvia, me ha dado lástima y he decidido rezar esta coronilla hasta que Dios envíe la lluvia.
Después de la merienda el cielo se ha cubierto de nubes y ha caído una lluvia torrencial sobre la tierra. He rezado esta plegaria durante tres horas sin cesar. Y el Señor me ha dado a conocer que a través de esta oración se puede obtener todo.
“Ahora en cuanto a usted, hermana, está bien que se encuentre en este estado de indiferencia acerca de la voluntad de Dios y que esté más equilibrada y procure este equilibrio. Ahora, en cuanto a todas estas cosas, usted, hermana, depende estrechamente del Padre Andrasz; yo estoy completamente de acuerdo con él. No haga nada por su propia cuenta, sino que siempre y en todo consulte a su director espiritual. Mantenga en todo el equilibrio y la mayor calma posible. Una cosa más, hice imprimir esta coronilla que ha de estar al dorso de la estampita y también las invocaciones parecidas a las letanías también al dorso de la estampita; también otra estampa más grande junto con algunas hojas con la novena a la misericordia. Rece, hermana, para que esto sea autorizado”.
Cuando la querida Madre me enseñó este librito en el cual están la coronilla y las letanías junto con la novena, pedí a la Madre que me lo dejara hojear. Mientras lo hojeaba, Jesús me hizo saber interiormente que: Ya muchas almas han sido atraídas a Mi amor por esta imagen. Mi misericordia actúa en las almas mediante esta obra. Supe que muchas almas han experimentado la gracia de Dios.
Hija Mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado. A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan. Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz. Escríbelo para las almas afligidas: Cuando un alma vea y conozca la gravedad de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra todo el abismo de la miseria en la que ha caído, no se desespere, sino que se arroje con confianza en brazos de Mi misericordia, como un niño en brazos de su madre amadísima. Estas almas tienen prioridad en Mi Corazón compasivo, ellas tienen preferencia en Mi misericordia. Proclama que ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi bondad. Escribe: cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso.
Cuando se acercaba una gran tormenta, me puse a rezar la coronilla. De repente oí la voz de un ángel: No puedo acercarme con la tempestad, porque el resplandor que sale de su boca me rechaza a mí y a la tormenta/i>. Se quejaba el ángel con Dios. De súbito conocí lo mucho que había de devastar con esa tempestad, pero conocí también que esa oración era agradable a Dios y lo potente que es la coronilla.