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Amar gratuitamente
La oración, camino de amor, Jacques Philippe
La fidelidad a la oración es muy valiosa, pues nos ayuda a preservar la gratuidad en nuestra vida. Como decía mis arriba, orar es perder el tiempo con Dios. En definitiva, se trata de una actitud de amor gratuito. Este sentido de la gratuidad está muy amenazado hoy, cuando todo se piensa en términos de rentabilidad, de eficacia, de performance. Eso acaba por ser destructor para la existencia humana. El amor verdadero no puede encerrarse en la categoría de lo útil. Cuando el Evangelio de Marcos nos cuenta la elección de los Doce, nos dice que Jesús los eligió primero para que estuvieran con él (Mc 3, 14). Y solamente luego para compartir sus tareas: predicar, expulsar a los demonios, etc. No somos solamente servidores, estamos llamados a ser amigos, en una vida y una intimidad compartidas, más allá de todo utilitarismo. Como en los orígenes, cuando a la caída de la tarde, Dios se paseaba por el jardín del Edén con Adán y Eva (Gn 3, 8). Me gustan unas palabras que Dios dirigió a sor María de la Trinidad, llamándola a una vida de oración totalmente gratuita, de adoración y de pura receptividad: Es más fácil encontrar obreros para trabajar que niños para festejar.
Orar es pasar gratuitamente tiempo con Dios, por la alegría de estar juntos. Es amar, porque dar uno su tiempo es dar su vida. El amor no es ante todo hacer algo por el otro. es tenerle presente. La oración nos educa en tener presente a Dios, en una simple atención amorosa.
Lo estupendo es que, al aprender a estar presentes para Dios solo, aprendemos al mismo tiempo a estar presentes para los demás. En las personas que han tenido una larga vida de oración, se puede apreciar una especial facilidad de atención, de presencia, de escucha, de disponibilidad de la que no son con frecuencia capaces las personas que han sido absorbidas toda su vida por la actividad. De la oración nace una delicadeza, un respeto, una atención, que es un precioso regalo para los que encontramos en nuestro camino.
No hay escuela de atención al prójimo más hermosa y eficaz que la perseverancia en la oración. Poner en oposición o en competencia la oración y el amor al prójimo sería un sinsentido.
JACQUES PHILIPPE