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19 enero 2026

LA DIVINA MISERICORDIA

Santa María Faustina Kowalska
Extraído de su Diario sobre la Divina Misericordia.
Especialmente ahora, cuando estoy aquí, en este hospital, experimento esta íntima unión con los agonizantes que al iniciarse la agonía me piden rezar. Dios me ha dado un contacto misterioso con los agonizantes. Como esto sucede con bastante frecuencia, he tenido la posibilidad de verificar incluso la hora. Hoy, a las once de la noche, fui despertada repentinamente, y sentí claramente que junto a mí estaba un espíritu que me pedía oraciones. Simplemente una fuerza misteriosa me obligaba a rezar. Mi visión es puramente espiritual, por medio de una luz repentina que en aquel momento Dios me concede. Rezo hasta el momento de sentir la tranquilidad en el alma; no siempre dura el mismo tiempo, a veces ocurre que después de un Ave María ya estoy tranquila y entonces recito un De Profundis sin orar más; a veces sucede que rezo toda la coronilla y sólo entonces llega la tranquilidad. Y puedo observar también que cuando me siento forzada a orar por un tiempo más largo, es decir experimento aquella inquietud interior, aquella alma afronta luchas más duras y una agonía más larga. La manera con que verifico la hora es la siguiente: tengo el reloj y miro la hora; al día siguiente cuando me hablan de la muerte de aquella persona, pregunto la hora, y corresponde exactamente; lo mismo sucede respecto a la agonía. Me dicen: Tal persona está llevando una lucha muy dura y otra vez me dicen: Hoy ha muerto tal persona, pero se ha dormido tan rápido y tranquilamente. Sucede que la persona moribunda está en el segundo o en el tercer pabellón, sin embargo para el espíritu el espacio no existe. Ocurre que tengo el mismo conocimiento a unas centenas de kilómetros. Me sucedió algunas veces con mis parientes y familiares y también con las hermanas religiosas y las almas que de vida no conocía en absoluto.
Oh Dios de la misericordia insondable que me permites llevar alivio y ayuda a los agonizantes con mis plegarias indignas, seas bendito tantas miles de veces cuantas estrellas hay en el cielo y gotas de agua en todos los océanos. Que Tu misericordia resuene en toda la extensión de la tierra y se eleve hasta los pies de Tu trono, glorificando Tu mayor atributo, es decir Tu misericordia inconcebible.
Oh Dios, esta misericordia insondable lleva a un nuevo éxtasis a las almas santas y a todos los espíritus celestes. Aquellos espíritus puros se sumergen en un sagrado estupor glorificando esta inconcebible misericordia de Dios que los lleva a un nuevo éxtasis; su adoración se cumple de manera perfecta. Oh Dios eterno, cuánto deseo adorar este el más grande de Tus atributos, es decir, Tu insondable misericordia. Veo toda mi pequeñez y no puedo compararme con los habitantes del paraíso que en una ¿santa admiración, glorifican la misericordia del Señor. Pero yo también he encontrado un modo perfecto para adorar esta inconcebible misericordia de Dios.
Domingo in Albis, es decir, la Fiesta de la Misericordia. Por la mañana, después de la Santa Comunión mi alma ha sido sumergida en la divinidad; estaba unida a las Tres Personas Divinas en tal modo que cuando estaba unida a Jesús, a la vez [estaba unida] al Padre y al Espíritu Santo. Mi alma estaba inundada de una alegría inconcebible y el Señor me ha dado a conocer todo el mar y el abismo de su misericordia insondable.
Oh, si las almas quisieran comprender cuánto Dios las ama. Todas las comparaciones así sean las más tiernas y las más fuertes son apenas una pálida sombra frente a la realidad.
Cuando estaba unida al Señor, he conocido cuán numerosas son las almas que adoran la Divina Misericordia.