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Día 17.- LA ASUNCION DE LA SANTISIMA VIRGEN
Después de la Ascensión del Señor, la vida de María fue un continuo deseo de unirse totalmente a su Dios y Señor para no separarse jamás.
Su corazón de Madre reclama la presencia de los Apóstoles antes de marchar a los cielos. Ellos, solícitos, se agrupan alrededor de su lecho. Entre ellos, Matías, el que sustituyó a Judas. Alegría de la Madre, al verse rodeada de sus hijos. Últimos consejos y recomendaciones antes de la partida. Bendición de Madre que les consuela y fortalece.
María es llevada en cuerpo y alma a los cielos. Fiesta grande. La Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, recibe y colma de honores a la Hija, a la Madre y Esposa de Dios. Alegría de los Ángeles y los Santos. Alegría también en todos los cristianos de siempre y especialmente, de los que vivimos aquel día 1 de noviembre de 1950, en que el Papa Pío XII definía dogma de fe la Asunción de María a los cielos.
Flor espiritual para mañana: Rezar muchas veces la segunda parte del «Ave María», pidiendo a la Virgen nos ayude «ahora y en la hora de nuestra muerte».