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Día 6.-LA ANUNCIACIÓN (San Lucas 1, 26-38)
Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo Unigénito, y esta dádiva inestimable nos fue dada por el consentimiento de la que desde entonces es verdadera Madre de Dios. El Arcángel San Gabriel la visitó para anunciárselo: Madre de Dios por obra y gracia del Espíritu Santo. Ella acepta: He aquí la esclava del Señor... y el Verbo Divino se encarna en sus purísimas entrañas.
Recordemos lo que dice el Catecismo: «La Encarnación del Hijo de Dios se realizó formando el Espíritu Santo de las entrañas purísimas de la Virgen un cuerpo perfectísimo y creando un alma nobilísima que unió a aquel cuerpo; en el mismo instante a este cuerpo y alma se unió el Hijo de Dios; y de esta suerte, el que antes era sólo Dios, sin dejar de serlo, quedó hecho hombre». Actitud de fe y de humildad de la Santísima Virgen. Actitud de entrega a la Voluntad de Dios. ¡Cuántas cosas grandes haremos en este mundo si cumplimos siempre y en todo la voluntad divina!
Flor espiritual para mañana: Renovar el propósito de rezar todos los días con devoción y puntualidad «el Angelus».