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Día 22.- MARIA, MEDIANERA DE TODAS LAS GRACIAS
No quiere decir esto que María sea la mediadora absoluta entre Dios y los hombres. El único mediador absoluto es Cristo, y lo es por naturaleza. María es medianera por privilegio. Jesucristo media entre Dios y los hombres; María media entre Jesucristo y los hombres, y, con Jesucristo, entre Dios y nosotros.
Dice San Bernardo: «Dios quiere que no tengamos nada que no pase por manos de María». A la Virgen la llamamos la omnipotencia suplicante; por ello el Concilio Vaticano II, dice: «María... no abandonó esta función de salvación, sino que por su intercesión múltiple continúa obteniéndonos los dones de la salud eterna» (Lumen Gentium, n. 62).
«Lejos de empañar la mediación insustituible y única de Cristo, esta función de María, acogida por la piedad popular la pone de relieve y sirve para demostrar su poder, como enseña el Concilio Vaticano II (Lumen Gentium, n. 60), porque todo lo que Ella es y tiene viene de la superabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación y a El conduce» (Juan Pablo II)
Agradezcamos a la Virgen tantas gracias recibidas por su intercesión y sigamos pidiéndole más -¡necesitamos tantas!-, convencidos de que es nuestra Madre.
Flor espiritual para mañana: Rezar la oración «Acordaos» por la salvación de cada una de las personas que más conviven con nosotros.