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Día 21.- MARIA, CORREDENTORA CON JESUCRISTO
María no es la redentora del hombre. El único Redentor es Jesucristo. Pero la Iglesia le da el título de Corredentora por haber contribuido a la Redención de estos tres modos: Primero, dando su libre consentimiento a la Encarnación del Hijo de Dios con aquellas palabras «He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lucas 1, 18). Segundo, porque la sangre que derramó Jesucristo -precio de la Redención- es la sangre tomada de las entrañas de la Virgen. Tercero, porque ofreció voluntariamente a su Hijo Jesús como víctima para la Redención, primero en el Templo y especialmente en el Calvario el Viernes Santo.
Dice el Concilio Vaticano II: «Por tanto, con razón los Santos Padres consideran a María... como colaboradora en la salvación humana con su fe libre y obediencia; porque ella, como dice San Ireneo, obedeciendo se hizo la causa de su propia salvación y de la de todo el género humano (Lumen Gentium, n. 56). Hoy le decimos: ¡Madre, sigue corredimiéndonos!
«Ella es, dice Juan Pablo II, la reina, la protectora y el modelo. A Ella se viene para honrarla, para pedir su intercesión, para aprender a imitarla, es decir, para aprender a ser un verdadero discípulo de Jesús».
Flor espiritual para mañana: Ofrecer por medio de María cinco pequeños sacrificios en memoria de las cinco llagas del Señor.