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Día 19.- LA VIRGEN MARIA, MADRE DE DIOS
Decretada por Dios la encarnación del Verbo para la redención del humano linaje, quiso que naciese como los demás hombres y tomase carne de una mujer, que fuera Madre de Dios. Esta fue María, elegida desde la eternidad por Dios, para Madre del Verbo Encarnado.
La Virgen María es Madre de, Dios, porque de su carne y sangre se formó el Cuerpo de Cristo, quien nació de ella y de ella se alimentó.
Es dogma, de fe, definido por el Concilio de Éfeso, en el año 431. El dogma define que María es Madre de Dios, porque no se puede ser madre más que de personas; y como en Jesucristo no hay persona humana, sino sólo persona divina, María, o no es madre, o es madre de la única Persona –la divina-, y por tanto, Madre de Dios.
«La Iglesia, dice el Papa Juan Pablo II, le tributa un culto que supera al culto de todos los otros santos: culto de hiperdulía. La venera precisamente así porque fue elegida para ser la Madre del Hijo de Dios» (mayo 1979).
Por esta primera y suprema dignidad de ser su Madre, Dios adornó a María con excelsas prerrogativas, tales como: la Concepción Inmaculada, la Virginidad perpetua, la Asunción, la Mediación universal...
Procuremos ser dignos de tal Madre.
Flor espiritual para mañana: Renovar las promesas del Bautismo, renunciando a Satanás, al mundo y a sus vanidades.