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13 agosto 2025

En diálogo con el Señor (1ª parte)

San Josemaría. En diálogo con el Señor (ed. crítica)

9ª. EL CAMINO NUESTRO EN LA TIERRA (26/XI/1967) (5 de 5)
6c Todos necesitamos mucha compañía, hijos: compañía del Cielo y de la tierra. ¡Sed devotos de los Ángeles y de los Arcángeles y de los Santos, de nuestros Santos Patronos e Intercesores! Es muy humana la amistad, pero también es muy divina; como la vida nuestra, que es humana y divina. ¿Os acordáis de lo que dice el Señor?: «Iam non dicam vos servos..., vos autem dixi amicos»; ya no os llamo siervos, sino amigos. Hay que tener amistad con los amigos de Dios, que moran ya en el Cielo, y con las criaturas que están en la tierra, muchas veces apartadas del Señor.
7a Así quiso Dios que naciera nuestra Obra, hijos de mi alma. Así germinó el espíritu del Opus Dei: considerando la poquedad vuestra y mía, y la grandeza suya; pensando que nosotros no somos nada, y Él lo es todo; que nosotros no podemos nada, y Él lo puede todo; que nosotros no sabemos nada, y Él es la Sabiduría; que nosotros somos flojos, y Él es la fortaleza: «Quia Tu es, Deus, fortitudo mea!».
7b En alguna ocasión será conveniente que meditéis con calma aquellas palabras divinas, que llenan el alma de temor y le dejan sabores de panal y de miel: «Redemi te, et vocavi te nomine tuo: meus es tu!»; te he redimido, y te he llamado por tu nombre: ¡eres mío! No robemos a Dios lo que es suyo. Un Dios que nos ha amado hasta el punto de dar la vida por nosotros, y que «elegit nos in Ipso ante mundi constitutionem, ut essemus sancti et immaculati in conspectu eius»: que nos ha elegido desde toda la eternidad, antes de la creación del mundo, para que siempre estemos en su presencia; y continuamente nos brinda ocasiones de santidad y de entrega.
7c Por si aún quedase alguna duda, tenemos aquellas otras palabras suyas: «Non vos me elegistis -no me habéis elegido vosotros-, sed ego elegi vos, et posui vos, ut eatis -sino que os he elegido yo, para que vayáis lejos, por el mundo-, et fructum afferatis -y deis fruto: ¡si lo estáis ya dando!-, et fructus vester maneat», y permanecerá abundante el fruto de vuestro trabajo de almas contemplativas. Luego ¡fe, hijos míos!, ¡fe sobrenatural!
7d Ayer me conmovía oyendo hablar de un catecúmeno japonés que enseñaba el catecismo a otros, que aún no conocían a Cristo. Y me avergonzaba. Necesitamos más fe, ¡más fe!: y con la fe la contemplación, más actividad apostólica. Mirad lo que se lee hoy en el Breviatio: «Adversarius elevandus sit contra omne quod dicitur Deus et colitur; ita ut audeat stare in templo Dei, et ostendere quod ipse sit Deus»; se alzará el adversario contra todo lo que se dice Dios y es adorado, hasta atreverse a estar en el templo de Dios y mostrarse a sí mismo como si fuera Dios. ¡Desde dentro, quieren destrozar la fe del pueblo! ¡Desde dentro, intentan oponerse a Dios!

7d «dicitur Deus et colitur ... sit Deus»: a continuación, la grabación es más explícita: «¿Qué está pasando en la Iglesia ahora? ita ut audeat stare in templo Dei! Sí, señor: ¡son sacerdotes, religiosos muchos de ellos, obispos!, vamos a decirlo claro. He hablado con el Santo Padre de esto. Y él me invitó a rezar con él, reconociendo que era el momento durísimo, también en una buena parte de la Jerarquía. Ita ut audeat stare in templo Dei et ostendere quod ipse sit Deus. Desde dentro quieren destrozar la fe del pueblo. Desde dentro quieren oponerse a Dios».
«Desde dentro»: comienzan las referencias de san Josemaría a la situación de desorientación doctrinal y de crisis en algunos sectores de la Iglesia, que tanto dolor le causaban: ver introducción a esta meditación y a la n. 18.
7e Terminaré diciendo con San Pablo a los Colosenses: «Non cessamus pro vobis orantes...; no cesamos de orar por vosotros y de pedir a Dios que alcancéis pleno conocimiento de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual». Contemplativos, con los dones del Espíritu Santo, «ut ambuletis digne Deo per omnia placentes...; a fin de que sigáis una conducta digna de Dios, agradándole en todo, produciendo frutos en toda especie de obras buenas y adelantando en la ciencia de Dios, corroborados en toda suerte de fortaleza por el poder de su gracia, para tener siempre una perfecta paciencia y longanimidad acompañada de alegría; dando gracias a Dios Padre, que nos ha hecho dignos de participar de la suerte de los santos iluminándonos con su luz; que nos ha arrebatado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo muy amado».
7e Ep. (Colos. I, 9). ]Colos. I, 9. Crol972,75A EdcS,87 || Colos. I, 10-13). ] Colos. I, 10-13. Crol972,734 EdcS,88.
7f Que la Madre de Dios y Madre nuestra nos proteja, con el fin de que cada uno de vosotros, y cada uno de vuestros hermanos y de vuestras hermanas, ¡la Obra entera!, pueda servir a la Iglesia en la plenitud de la fe, con los dones del Espíritu Santo y con la vida contemplativa. Cada uno en su estado, y en el cumplimiento de los deberes que le son propios; cada uno en su oficio y profesión, y en el cumplimiento de los deberes de su oficio y profesión, sirva gozosamente a la Esposa de Cristo, en el lugar donde el Señor le ha colocado, sabiendo percatarse de las mañas de los que intentan engañar a las almas con teorías falsas, muchas veces difíciles de descubrir y otras veces fáciles de desenmascarar. Son gentes que a sí mismos se llaman teólogos, pero que no lo son: no tienen más que la técnica de hablar de Dios, y no le confiesan ni con la boca, ni con el corazón, ni con la vida.
7f Madre nuestra ] Madre nuestra, Cro!972,734 EdcS,88.
Suprimimos la coma aplicando la corrección que introdujo el Autor en el párrafo paralelo de la homilía “Hacia la santidad” (cfr. Amigos de Dios, n. 316).
«a sí mismos se llaman teólogos»: sobre el fenómeno de la “contestación” teológica al Magisterio en esos años, ver introducción a esta meditación.