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14 julio 2025

El Purgatorio

- María, ¿no te parece increíble que alguno pueda llegar al punto de decir NO a Dios en el momento de la muerte, cuando lo ve?
- Bien, por ejemplo un hombre me dijo que no quería ir al Cielo; ¿y saben por qué? Porque, según él, Dios permite los injustos y las injusticias... Yo le dije que esto lo hacen los hombres y no Dios. Me respondió: Espero no encontrar a Dios, después de la muerte, porque entonces le romperé la cabeza con un hacha". Él tenía un odio profundo contra Dios; pero Dios deja al hombre su voluntad libre; podría impedir esta voluntad, pero no, quiere dejar a cada uno su libre elección. Dios da a cada uno, durante la vida terrena y en la hora de la muerte, muchas gracias para convertirse, aun después de una vida transcurrida en las tinieblas; pero si se pide perdón sin cálculo, ciertamente podemos salvarnos.
- Jesús dijo que es difícil, para un rico, entrar en el Reino de los cielos. Tú, personalmente, ¿has visto a veces casos de este género?
- Sí, si hacen buenas obras, pero obras de caridad, si viven el Amor, entonces pueden llegar a ser como los pobres.
- Y ahora, María, actualmente, ¿te visitan las almas del Purgatorio?
- Sí, dos o tres veces por semana.
- Quisiera saber qué piensas sobre las prácticas de espiritismo; por ejemplo cuando se llaman a los espíritus de los difuntos, se hacen girar las mesas, etc.
- ¡No es bueno! Con frecuencia es el diablo quien hace mover las mesas.
¡Oh, sí, es importante decirlo! Hay que hacer saber esto a la gente; pues hoy, por desgracia, estas absurdas prácticas espiritistas aumentan cada vez más...
- Ahora, te ruego, acláranos, ¿existe una diferencia entre lo que tú vives con las almas de los difuntos y las prácticas de espiritismo?
- No es lícito llamar a las almas. Yo no busco su venida; vienen por sí solas, con el permiso de Dios. En el espiritismo, en cambio, se evocan a los espíritus, se los llaman. Pero es el demonio quien viene, fingiendo ser el alma de ése o de aquél. A veces se presenta bajo falsas apariencias, sin ser llamado.
- Tú, personalmente, ¿has sido alguna vez engañada por falsas apariciones? Por ejemplo, por el diablo que se hace pasar por un alma del Purgatorio para hablarte?
- Sí, una vez un alma vino a verme y me dijo: "No recibas al alma que vendrá después de mí, porque te pedirá demasiados sufrimientos. Eso no está a tu alcance. Nunca podrás hacer lo que te ha de pedir “. Entonces quedé turbada. Me acordé de lo que me había dicho mi párroco que había que acoger a cada alma con generosidad, y yo estaba, por cierto, habituada a la obediencia. De repente pensé dentro de mí: "¿Acaso no podría ser el demonio quien esté aquí ante mí, y no un alma del Purgatorio? ¿No será el demonio que se ha camuflado?...". Dije entonces a aquel hombre: "Si eres el diablo, ¡vete de aquí!”. En seguida pegó un fuerte grito y huyó. Y efectivamente, el alma que vino luego de él era un alma que tenía mucha necesidad de mi ayuda y era en verdad importante que viniese a verme y que yo la escuchase.
- Cuando el diablo aparece, ¿el agua bendita lo hace huir siempre?
- Lo molesta mucho y con frecuencia huye.

Sor Emanuel y María Simma. El maravilloso secreto de las Almas del Purgatorio