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San Josemaría. En diálogo con el Señor (ed. crítica)
5ª. QUE SE VEA QUE ERES TÚ (1/IV/1962) (2 de 4)
3b «Se acercaba la Pascua, la gran fiesta de los judíos. Habiendo, pues, Jesús levantado los ojos y viendo venir a un grandísimo gentío»... Fijaos en esa muchedumbre, insisto. El Señor tiene puestos los ojos y el corazón en la gente, en todos los hombres, sin excluir a nadie. No se nos escapa la lección de que no podemos ser intransigentes con las personas. Con la doctrina, sí. Con las personas, nunca, ¡nunca! Actuando de este modo, necesariamente seremos –ésa es nuestra vocación- sal y luz, pero entre la muchedumbre. De cuando en cuando nos retiraremos a la barca o nos apartaremos a un monte, como Jesús; pero lo ordinario será vivir y trabajar entre la gente, como uno más.
3b Pascua EdcS48 ] pascua Crol982,1380 || este modo, Crol982,380 ] este modo EdcS,48.
«no podemos ser intransigentes con las personas»: el apostolado y la labor pastoral del Opus Dei siguen ese principio, inculcado desde los inicios por el fundador, que requiere una gran comprensión con todos, especialmente si están en el error. Pero al mismo tiempo es necesario mantenerse firmes para no ceder en cuestiones de fe o de moral, lo que san Josemaría llama «la doctrina». Es un tema ya tratado por el Autor en otros lugares (cfr. Camino, nn. 397-398 y 192; Surco, n. 192). Sobre el binomio transigencia-intransigencia, antiguo en san Josemaría, ver Camino, ed. crít.-hist., coment. a los nn. 393-398.
3c Entonces Jesús «dijo a Felipe: ¿dónde compraremos panes para dar de comer a toda esa gente? Mas esto lo decía para probarle, pues bien sabía El mismo lo que había de hacer». Yo, muchas veces a lo largo de la historia de la Obra, he pensado que el Señor tiene las cosas previstas desde la eternidad, pero que por otra parte nos deja libérrimos. El Señor a veces parece que nos tienta, que quiere probar nuestra fe. Pero Jesucristo no nos deja: si nos mantenemos firmes, El está dispuesto a hacer milagros, a multiplicar los panes, a cambiar las voluntades, a dar luz a las inteligencias más oscuras, a hacer –con una gracia extraordinaria- que sean capaces de rectitud los que quizá nunca lo han sido.
3c Yo, muchas veces a lo largo de la historia de la Obra ... los que quizá nunca lo han sido. Crol970,8 ||| a veces Crol970,8 ] en ocasiones Crol982,1381 EdcS,48.
3d ¡Hijos míos, qué confianza! Esto es lo que yo querría que fuese el segundo punto. He querido que consideréis, en primer lugar, que estamos en la Obra, junto a Cristo, no para aislarnos, sino, por el contrario, para darnos a la muchedumbre; primero a vuestros hermanos, y luego, a los demás. Después, que no nos debe inquietar que nos asalte el pensamiento de las necesidades, porque el Señor acudirá en nuestra ayuda. Si alguna vez sentimos ese tentans eum -para probarle- de que habla el Santo Evangelio, no nos hemos de preocupar, porque es eso: que Dios nuestro Señor juega con nosotros. Estoy seguro de que pasa por encima de nuestras miserias: porque conoce nuestra flaqueza, porque conoce nuestro amor y nuestra fe y nuestra esperanza. Todo esto lo resumo en una palabra: confianza. Pero una confianza que, como está fundamentada en Cristo, tiene que ser delante de Dios una oración urgente, bien sentida, bien recibida: más, si llega a la Trinidad Beatísima por las manos de nuestra Madre, que es la Madre de Dios.
3d-e no nos debe inquietar ... multiplicando el pan. Crol970,9-10.
3e Sentido de responsabilidad: que estamos en la barca. Con Cristo, la barca no se hunde. ¡Con Cristo! Sentido de responsabilidad: de nosotros, de nuestra vida, de nuestra conducta, de nuestra manera de pedir tanta cosa divina. Y luego no nos faltarán los medios. Tendremos lo necesario para continuar con nuestro apostolado a través de los siglos, dando el alimento a todos, multiplicando el pan.
3f Ésta es la segunda consideración: sentido de responsabilidad. Por eso, pedimos perdón a Nuestro Señor por tantas tonterías que cada uno habrá hecho. Pedimos perdón, con el deseo eficaz de rectificar. Y damos gracias, las damos con fe: seguros de que, pase lo que pase, al final madurará el fruto. Sentido de responsabilidad y una gran confianza en ese Señor que es Padre nuestro, que es Todopoderoso, que es la Sabiduría y el Amor... Yo ahora me callo; sigue tú por tu cuenta unos minutos.
3f sentido de responsabilidad. Por eso ... que es la Sabiduría y el Amor. Crol970,10.
«Yo ahora me callo»: no son raras estas pausas, con las que el Autor subraya que el protagonista de la oración es Dios y cada persona en particular, y estimula a convertir en verdadero diálogo esos momentos. En esto se diferencian las meditaciones de las pláticas o charlas, destinadas a exponer o glosar un tema.