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22 octubre 2025

En diálogo con el Señor (1ª parte)

San Josemaría. En diálogo con el Señor (ed. crítica)

13ª. REZAR CON MAS URGENCIA (24/XII/1969) (2 de 3)
2d «Iterum dico vobis -nos dice San Mateo- quia, si duo ex vobis consenserint super terram, de omni re quamcumque petierint fiet illis a Patre meo qui in calis est». Basta que haya dos que se pongan de acuerdo para pedir, y nosotros somos miles que estamos pidiendo lo mismo. ¡Qué seguridad hemos de tener! ¡Qué esperanza más segura! Una esperanza verdaderamente divina, sobrenatural, porque está fundamentada en el Amor, en la fe y en las palabras de Jesucristo mismo.
3a Afirma que, lo que pidamos, nos lo dará su Padre que está en los cielos. Esta familia nuestra se siente en el mundo tan unida al Padre de los cielos como la que más. Tenemos un Padre, y constantemente sentimos la filiación divina. No lo quise yo, lo quiso El. Os podría decir hasta cuándo, hasta el momento, hasta dónde fue aquella primera oración de hijo de Dios».
3a-c En estos párrafos se refiere a los sucesos de 1931, en los que Dios le hizo comprender de manera inefable la realidad de la filiación divina del cristiano. Ver Fernando OCÁRIZ BRAÑA, “La filiación divina, realidad central en la vida y en la enseñanza de Mons. Escrivá de Balaguer”, en ScrTh 13 (1981), pp. 513-552; Antonio ARANDA LOMEÑA, “Llamados a ser hijos del Padre. Aproximación teológica a la noción de filiación divina adoptiva”, en José Luis ILLANES Maestre (ed.), El Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo: XX Simposio Internacional de Teología de la Universidad de Navarra, Pamplona, Universidad de Navarra. Servicio de Publicaciones, 2000, pp. 251-272.
3b Aprendí a llamar Padre, en el Padrenuestro, desde niño; pero sentir, ver, admirar ese querer de Dios de que seamos hijos suyos..., en la calle y en un tranvía -una hora, hora y media, no lo sé-; Abba, Pater!, tenía que gritar.
3c Hay en el Evangelio unas palabras maravillosas; todas lo son: «Nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquél a quien el Hijo lo quisiera revelar». Aquel día quiso de una manera explícita, clara, terminante, que, conmigo, vosotros os sintáis siempre hijos de Dios, de este Padre que está en los cielos y que nos dará lo que pidamos en nombre de su Hijo.
4a Hijos míos, «omnia quacumque orantes petitis, credite quia accipietis, et evenient vobis». Es de San Marcos: todo lo que pidáis en la oración, ¡todo!, creed que se os dará. Juntos a pedir! ¿Y cómo se pide a Dios nuestro Señor? Como se pide a una madre, como se pide a un hermano: unas veces con una mirada, otras veces con un gesto, otras portándonos bien, para que estén contentos, para mostrarles cariño; otras veces con la lengua. Pues así: pedid así. Todos los procedimientos humanos de entenderse con otra persona hemos de ponerlos nosotros, para hacer oración y tratar a Dios.

4a a un hermano: Crol970,148 ] a un hermano; Crol982,1398 EdcS, 108.
4b San Lucas: «Omnis enim qui petit accipit, et qui quarit invenit, et pulsanti aperietur». A todo aquel que pide algo, el Señor lo escucha; pero hay que pedir con fe, ya he dicho antes, y más si somos por lo menos dos, y aquí somos tantos millares.
4c «Si quid petieritis Patrem m nomine meo, dabit vobis». Esto es de San Juan: si pedís cualquier cosa al Padre en mi nombre, os la dará: en el nombre de Jesús. Cuando lo recibáis en la Eucaristía cada día, decidle: Señor, en tu nombre yo le pido al Padre... Y le pedís todo eso que conviene para que podamos mejor servir a la Iglesia de Dios, y mejor trabajar para la gloria del Señor: del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; de la Beatísima Trinidad, único Dios.
4d «Petite et accipietis, ut gaudium vestrum sit plenum»: pedid, recibiréis y os llenaréis de alegría. Este gaudium cum pace que pedimos cada día al Señor en nuestras Preces, es una realidad en la vida de un hijo de Dios que se porta -con sus luchas, con sus pequeñeces, con sus errores; yo tengo tantos errores..., vosotros tendréis algunos-, que se porta bien con el Señor, porque le ama, porque le quiere. A este hijo mío necesariamente le dará lo que pide y, además, una alegría que ninguna cosa de la tierra le podrá llevar del corazón.

4d «Este gaudium cum pace ... nuestras Preces»: se refiere a una de las oraciones de las Preces que rezan todos los días los miembros del Opus Dei: «Gaudium cum pace, emendationem vita, spatium vera poenitentia, gratiam et consolationem Sancti Spiritus atque in Opere Dei perseverantiam, tribuat nobis Omnipotens et Misericors Dominus». La oración —en la que san Josemaría realizó una pequeña adaptación— forma parte de la Formula intentionis, una plegaria para la preparación a la Misa, que se encuentra en el Misal Romano.