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Agenda

15 octubre 2025

En diálogo con el Señor (1ª parte)

San Josemaría. En diálogo con el Señor (ed. crítica)

13ª. REZAR CON MAS URGENCIA (24/XII/1969) (1 de 3)
1a Yo me tendré que marchar pronto; por eso quisiera deciros antes unas palabricas. Mirad qué gracioso es el Niño: está indefenso.
1a «Mirad qué gracioso es el Niño: está indefenso»: se refiere a la imagen del Niño Jesús, realizado tomando como modelo el de Santa Isabel (ver introducción a la meditación n. 10).
1b Estos han cantado que vino a la tierra para padecer, y yo os digo: para padecer y para evitar los padecimientos de los demás. Él sabía que venía a la Cruz y, sin embargo, hay ahora unas teorías, una falsa ascética que habla del Señor como si estuviera en la Cruz, rabioso, diciendo a los hombres: yo estoy aquí en la Cruz, y por eso os clavo también a vosotros en ella. ¡No!, hijos míos. El Señor extendió los brazos con gesto de Sacerdote eterno, y se dejó coser al madero de la Cruz para que nosotros no padeciésemos, para que nuestros padecimientos fueran más suaves, incluso dulces, amables.
1b «vino a la tierra para padecer»: alude a la letra de un villancico tradicional español que san Josemaría aprendió en el hogar paterno y que se solía cantar durante la tertulia de Nochebuena en Villa Tevere, como se sigue haciendo todavía hoy.
1c En esta tierra, el dolor y el amor son inseparables; en esta vida hay que contar con la Cruz. El que no cuenta con la Cruz no es cristiano; el que no cuenta con la Cruz, se la encuentra de todos modos, y además encuentra en la cruz la desesperación. Contando con la Cruz, con Cristo Jesús en la Cruz, podéis estar seguros de que en los momentos más duros, si vienen, estaréis acompañadísimos, felices, seguros, fuertes; pero para esto hay que ser almas contemplativas.
2a Los hijos míos y yo debemos ser en el mundo, en medio de la calle, en medio de nuestro trabajo profesional, cada uno en lo suyo, almas contemplativas, almas que estén constantemente hablando con el Señor, ante lo que parece bueno y ante lo que parece malo: porque, para un hijo de Dios, todo está dispuesto para nuestro bien. A la gente todo le parece excesivo, si lo que viene no es bueno; para nosotros, tratando a Jesús, teniendo intimidad con Jesucristo, Nuestro Señor y nuestro Amor, no hay contradicciones ni sucesos malos: omnia in bonum!.

2a «omnia in bonum!»: jaculatoria que repetía san Josemaría a menudo, como acto de conformidad con la voluntad de Dios. Es una abreviación personal del texto de Rm 8, 28: «Diligentibus Deum omnia cooperantur in bonum» («todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios»). Lo escribía con un signo de admiración final, como otras jaculatorias, para subrayar el tono exclamativo de esa oración vocal.
2b Intimidad con Cristo quiere decir ser almas de oración. Tenéis que aprender a tratar al Señor, desde por la mañana hasta por la noche; debéis aprender a rezar durante todo el día. ¡Veréis qué consuelo, veréis qué alegría, qué bien andaréis! Además, lo quiere Él. Tengo aquí, recogidos en la agenda, unos textos de la Escritura que suelo leer y meditar mucho. Me gustaría que hicierais lo mismo. Porque, si yo os digo que conviene tratar a Nuestro Señor en la oración, ya es una cosa: soy un sacerdote anciano, tengo casi setenta años. Además, soy el Padre que el Señor ha escogido para vosotros en la tierra, aquí, en esta gran familia de la Obra; os quiero con toda mi alma, y no puedo deciros una cosa por otra... Pero -sobre todo- mirad, no os lo digo yo solo: es el Señor mismo quien nos lo dice:
2b «unos textos de la Escritura que suelo leer y meditar mucho»: san Josemaría escribía en su agenda o en trozos de papel textos de la Escritura que después meditaba y de los que se servía también -una vez que había profundizado su contenido en la oración- para predicar. Ver Francisco Varo Pineda, “San Josemaría Escrivá de Balaguer, «Palabras del Nuevo Testamento, repetidas veces meditadas. Junio - 1933»”, SetD 1 (2007), pp. 259-286. De los textos que aquí comenta algunos se encuentran en esa relación de 1933: concretamente, los que emplea en 2d, 4a y 5a.
2c «Et omnia quaecumque petieritis in oratione credentes accipietis». Lo escribe San Mateo: todo lo que me pidáis en la oración, teniendo fe, todo lo tendréis. Y nosotros necesitamos muchas cosas. Esta la familia del Opus Dei, extendida por todo el mundo, necesita muchas
bendiciones de Dios dentro del año que viene. Vamos a pedir con toda el alma, con toda la fe, diciéndole con cariño al Señor, cada uno en la soledad acompañada del corazón: Jesús, que queremos esto... Vosotros decís: queremos lo que quiera el Padre, y acabáis antes, ¿no? Porque yo, además, quiero lo que quiere El; así que está en un compromiso tremendo.

2c Porque yo, además, Crol982,1397 EdcS, 107 ] Porque yo, además Crol970,146.
«queremos lo que quiera el Padre»: el origen de esta frase se atribuye al beato Álvaro del Portillo: «Durante la mayor parte de su vida, la oración de D. Álvaro, con distintos tonos, se ha resumido en esa frase: Señor, te pido lo que te pide el Padre», Javier ECHEVARRÍA RODRÍGUEZ, “Monseñor del Portillo, Nuevo Presidente General del Opus Dei”, Nuestro Tiempo 44 (1975), pp. 185-193, p. 41. Ver Javier Medina Bayo, Álvaro del Portillo. Un hombre fiel, Madrid, Rialp, 2012, pp. 334-335.