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26 mayo 2025

El Purgatorio

Ahora he aquí otro episodio que demuestra cómo el Señor acepta y valoriza también un simple acto de bondad:
- El alma de una mujer se presentó, un día, con un balde en mano. "¿Qué haces con ese balde?", le pregunté. Es la llave de mi Paraíso, respondió radiante. No he orado mucho durante mi vida; raramente iba a la iglesia pero una vez, antes de Navidad, he limpiado gratuitamente toda la casa de una pobre anciana. Ha sido mi salvación ". Esta es la prueba que todo depende de la caridad.
Es también importante, cuando se está a punto de la muerte, abandonarse a la voluntad del Señor. María me narró el caso muy hermoso de una madre de cuatro hijos que estaba por morir. En vez de rebelarse y de inquietarse ella dijo al Señor: "Acepto la muerte, en el momento que tú lo quieras, y pongo mi vida en tus manos. Te confío mis hijos y sé que tú encargarás de ellos". María me dijo que, a causa de esta inmensa confianza en Dios, esa mujer fue directamente al Paraíso sin pasar por el Purgatorio. Verdaderamente se puede decir que el amor; la humildad y el abandono a Dios son tres llaves de oro que nos hacen entrar directamente en el Paraíso.
- María, ¿podrías decirnos cuáles son los medios más eficaces para facilitar la liberación de las almas del Purgatorio?
- EI medio más eficaz es la Misa.
- ¿Por qué la Misa?
- Porque es Cristo quien se ofrece por amor nuestro. Es la ofrenda del mismo Cristo a Dios, la más bella de las ofrendas. EI sacerdote es el representante de Dios y es el mismo Dios que se ofrece y se sacrifica por nosotros. La eficacia de la Misa por los difuntos es tanto mayor cuanto más grande ha sido la estima que ellos tuvieron por la Misa cuando eran todavía en vida. Si en esas Misas han orado con todo el corazón y si han asistido también durante la semana, según el tiempo disponible, ellos sacarán grande provecho de las misas celebradas por ellos. También en esto se recogerá lo que se ha sembrado. Además de ir nosotros, no nos olvidaremos de invitar a nuestros hijos a que asistan a estas Misas, y, si posible, invitemos a los muchachos de las escuelas. Ningún padre, ninguna madre, ningún catequista puede poner en el corazón del niño lo que Nuestro Señor personalmente le da, en gracias, durante la Misa y la Comunión.
Agregaré que un alma del Purgatorio ve muy bien el día de sus funerales: si se reza verdaderamente por él o si, simplemente, se hace acto de presencia para mostrar que está allí. Ellas dicen que las Lágrimas no sirven para nada para ayudarlas. En cambio sirve mucho la oración. Con frecuencia esas almas lamentan el hecho de que las personas asisten a su sepultura, pero no elevan una sola plegaria a Dios; derraman muchas lágrimas, pero eso es inútil.

Sor Emanuel y María Simma. El maravilloso secreto de las Almas del Purgatorio