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12 febrero 2025

En diálogo con el Señor (1ª parte)

San Josemaría. En diálogo con el Señor (ed. crítica)

2ª. LA ORACIÓN DE LOS HIJOS DE DIOS (4/IV/1955) (4 de 4)
5a Hijos de mi alma, os estoy queriendo llevar por un camino de maravilla, por una vida de amor y de aventura sobrenatural, por la que el Señor me ha conducido a mí; una vida de felicidad, con sacrificio, con dolor, con abnegación, con entrega, con olvido de uno mismo.
5b «Si quis vult post me venire... Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame». Estas palabras las hemos oído todos: por eso estamos aquí. También hemos escuchado estas otras: «No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo soy el que os he elegido a vosotros». La llamada divina tiene una finalidad muy concreta: meterte en todas las encrucijadas de la tierra, estando tú bien metido en Dios. Ser sal, ser levadura, ser luz del mundo. Sí, hijo mío: tú en Dios, para iluminar, para dar sabor, para acrecentar, para ser fermento.
5c Pero la luz será tinieblas, si tú no eres contemplativo, alma de oración continua; y la sal perderá su sabor, sólo servirá para ser pisada por la gente, si tú no estás metido en Dios. La levadura se pudrirá y perderá su virtud de fermentar toda la masa, si tú no eres alma verdaderamente contemplativa.
5d Reza oraciones vocales, las que forman parte de nuestro plan de vida de piedad. Dirígete luego a Dios con oraciones vocales tuyas, personales: las que mayor devoción te den. No te quedes sólo en lo que todos tenemos el deber y el gozo de cumplir: añade lo que tu iniciativa y tu generosidad te dicten. Finalmente, no olvides la oración mental continua. Procura dialogar con Dios, en el centro de tu alma, con toda confianza y sinceridad.

5d «oraciones vocales»: dentro del “plan de vida” del que ya se ha hablado, figuran algunas prácticas de oración vocal: visita al Santísimo Sacramento, Santo Rosario, las preces propias del Opus Dei, etc. Además, como es tradicional en la espiritualidad católica, el Autor recomienda el rezo de otras oraciones sacadas de la Sagrada Escritura, de la liturgia, de la experiencia de los santos, o incluso de invención personal, para mantener despierta la devoción durante el día, en medio de las circunstancias ordinarias, de modo que se recuerde frecuentemente que se está en la presencia amorosa de Dios.
5e Hijo, pienso que te he dicho ya todo lo que te tenía que decir. Ahora resta que tú te decidas, de verdad, a ser un alma entregada, enamorada, en trato constante con Dios. Entonces sí que estoy seguro de tu fidelidad.
5f Termino, pues, con tres citas de la Escritura:
5g «Oportet semper orare et non deficere»: hay que rezar siempre, sin cesar.
5h «Erat pernoctans in oratione Dei»: Cristo pasaba la noche hablando con Dios.
5i «Erant autem perseverantes in doctrina apostolorum, et communicatione fractionis panis, et orationibus»: los primeros cristianos perseveraban en la doctrina de los Apóstoles, en la comunicación de la fracción del pan y en la oración.