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27 agosto 2024

Ignacio Domínguez. El Salmo 2. Ed. Palabra, Madrid, 1977

«SUPER SlON, M0NTEM SANCTUM EIUS» La Santa Iglesia: católica, apostólica, romana

Una vez destruido el reino de la muerte, Jesús estableció su reino, la Iglesia, en Sión, su monte santo.

La Iglesia es reino de pobreza y sobriedad, de paz, de justicia, de santidad. Y en ella no hay más Rey que Jesucristo: ya que los reyes de la baraja no reinan sobre Sión. Ellos bien que lo intentan. Pero no pueden: son incapaces de subir. Por eso, mordidos por la envidia y la impotencia, tratan de hacer desmontes, de rebajar al Sión de Dios:

y hablan de los pecados de la Iglesia,

del absolutismo de la Iglesia,

del inmovilismo de la Iglesia...

Los reyes de la baraja quieren perder a la Igle­sia:

quieren hacer de ella un conglomerado de pe­queños reinos de taifas... ¡rompiendo la uni­dad!

presentan de ella una imagen desfigurada: in­justa, opresora de las conciencias, aliada con los poderosos... ¡vulnerando su santidad!

y son negativos y cáusticos con ella, quebran­do alas al afán misionero de muchos, a la ex­pansión católica de la Iglesia, fuera de la cual no hay salvación.

finalmente, enseñan también, que no está asentada sobre la roca que es Pedro —y con él los demás apóstoles—, sino sobre arenas movedizas de tradiciones humanas: que de­be cambiar sus doctrinas, sus dogmas, al compás de los tiempos, diluyéndose en un puro historicismo, y renunciando a la inviolabilidad del depósito sagrado.

Sión

Sión es una colina encuadrada entre los límites geográficos de Jerusalén.

Pero allí se ubica el Templo, y Sión adquiere un carácter trascendente: es la montaña de Dios, la ciudad del Dios vivo, la madre de todos los pueblos.

Dice el salmista: Bello promontorio, alegría de toda la tierra, el monte Sión es la ciudad del Gran Rey: y en sus alcázares, Dios se da a conocer (Sal 48, 2).

Sión es figura de la Iglesia. Los autores sagra­dos abundan en esa interpretación:

La Iglesia es llamada Sión, porque tal es el nombre del monte santo en el que se manifes­tó la gloria de Dios (Ludolfo de Sajonia).

Sión, monte santo de Dios, es la Iglesia: por­que es ciudad colocada en la altura.

Sión es tipo de la Iglesia también por esto: porque sólo en Sión, en el único Templo del judaísmo, se ofrecían sacrificios a Dios. Aho­ra, el único sacrificio infinitamente agradable a Dios sólo se ofrece en la Iglesia católica.