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7 agosto 2026

San Josemaría hoy: 1931. Et ego, si exaltatus fuero a terra, omnia traham ad me ipsum

Ese mismo año, 1931, el 7 de agosto, celebrando Misa, Escrivá vuelve a oír a Dios con palabras inesperadas, que acuñan con firmeza otro trazo capital de lo que ha de ser y hacer la Obra: poner a Cristo, triunfando, en la cumbre de todos los quehaceres humanos. La locución, esta vez, fue un fragmento del Evangelio de San Juan: "Cuando Yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a Mí todas las cosas" (Et ego, si exaltatus fuero a terra, omnia traham ad me ipsum). (14) Escrivá comprende con una claridad sobrevenida "que serán los hombres y las mujeres de Dios, quienes levantarán la Cruz con las doctrinas de Cristo sobre el pináculo de toda actividad humana...".
En las notas de sus "Apuntes íntimos" de ese día 7 de agosto, después de narrar el suceso, casi de pasada escribe algo que da una luz muy interesante para conocer su reacción personal ante este tipo de experiencias espirituales: "Ordinariamente, ante lo sobrenatural, tengo miedo. Después viene el ne timeas! (no temas), soy Yo".
La reacción no es, pues, la de un místico desencarnado, sino la de un hombre normal, muy normal, que pisa tierra y siente temor ante lo superior y desconocido. Luego, como confirmación de que ha oído y entendido lo que debía oír y entender, viene el resello, a modo de certificado de autenticidad: "no temas: soy Yo".
Josemaría, en esos tiempos, se bate el cobre con un apostolado personal hombre a hombre, boca a boca, corazón a corazón. Se curte en las barriadas del dolor y de la miseria, atendiendo a enfermos infecciosos e incurables, a pobres de solemnidad, a niños mocosos, a golfos sin oficio ni beneficio. Recorre la ciudad de punta a punta, con un calzado roto y viejo de "segundos pies". Ayuna. Se mortifica con rigor y sin compasión de sí mismo. Pasa noches en vela. Vive desvivido. Y se entrega a la oración, con ganas y sin ganas.
Por todo esto que, de su cuerpo y de su alma, pone el hombre Escrivá, Dios se vuelca, Dios se derrama.
Pilar Urbano. El hombre de Villa Tevere. Plaza y Janés, Barcelona, 1995, 7ª ed.