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Entra en la Abadía de Westminster
El sábado 17 de agosto entra en la Abadía de Westminster, de confesionalidad anglicana, y reza el Ángelus y el Rosario en un ángulo de la gran nave, junto a una imagen de la Virgen. Tiene nostalgia de este enorme trozo de la Iglesia de Jesucristo que ha roto sus amarras a Roma, que ha olvidado la protección de la Madre de Dios sobre su singladura. Desde Londres, escribe a Michael Richards, inglés, que ya se encuentra en Roma:
«Esta Inglaterra, bandido, é una grande bella cosa! Si nos ayudáis, especialmente tú, vamos a trabajar firme en esta encrucijada del mundo: rezad y ofreced, con alegría, pequeñas mortificaciones ».
Dos días antes, ha renovado la Consagración de la Obra al Corazón de María ante la imagen inglesa de Nuestra Señora de Willesden. Al concluir su peregrinación pasará por la Catedral católica de Westminster, encomendando a la Señora la posibilidad de lograr un templo en el que se facilite la atención espiritual a los católicos que busquen la dirección y ayuda de la Obra en Inglaterra.
ANA SASTRE