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El Paso de los Pirineos
Misa celebrada por san Josemaría en el Torrente de la Ribalera (Bosques del Rialp), durante el paso de los Pirineos. Acababa de llegar la expedición al barranco, después de caminar toda la noche. Sin esperar más, el Padre escogió dentro de aquel lugar, protegido del viento, las piedras que mejor pudieran servir de altar. Temía irreverencias, pues durante la marcha nocturna había escuchado algunas blasfemias, pero anunció que era sacerdote e iba a celebrar, y que podía asistir quien quisiera. Había allí más de veinte personas que no habían asistido a Misa desde julio de 1936. La expectación fue grande. Uno de los asistentes a esa Misa -Antonio Dalmases, estudiante universitario que venía con otro grupo y que se había incorporado a la expedición en la que iba san Josemaría- escribió en su diario: "hoy he asistido a Misa y ha sido con una emoción indescriptible. No sé si por las circunstancias (de estar huyendo de la zona comunista de España) o porque el sacerdote es un santo".
INÉDITO