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El Padre queda solo en Burgos
Poco después, por diversas causas, el Padre se quedó prácticamente solo en Burgos. El primero en marcharse fue José́ María, que residió en Vitoria durante el siguiente curso 38-39, donde trabajó como catedrático de Instituto. El 10 de noviembre Álvaro del Portillo, que había llegado a Burgos el 14 de octubre, se incorporó a la Academia de Alféreces Provisionales de Ingenieros, en Fuentes Blancas, que estaba a pocos kilómetros de la ciudad. Vicentón se marchó a su destino militar en Zaragoza. Y en diciembre yo partí para Calatayud, donde nos habían destinado a Pedro Ybarra y a mí, ya que el Ejército de Levante tenía su Cuartel General en Calatayud. Allí seguiríamos encargados del Gabinete de Cifra.
En consecuencia, a mediados de diciembre de 1938 solo se quedó en Burgos Paco acompañando al Padre, que se trasladaría a vivir, poco después, antes de las Navidades, a una pensión situada en la calle Concepción no 9, 3º izquierda.
Al despedirme para marchar a Calatayud, el Padre me dio su bendición, me alentó a seguir mi plan de vida cristiana y me dio algunos consejos: Que escribas con frecuencia, que estés contento, que aproveches bien el tiempo..., y recuerda que puedes hacer mucho bien a ese chico. Se refería a Pedro Ybarra, con el que me unía ya una íntima amistad y que estaba progresando mucho en su vida de piedad.
Llegué a Calatayud y allí́ pasé las Navidades junto con Paco, que vino a pasar esas fechas conmigo por indicación expresa del Padre; luego fuimos a Zaragoza para acompañar a Vicentón. Se vivían momentos decisivos de la guerra: se estaba desmoronando el Ejército de la República y se veía llegar el fin del conflicto de un momento a otro.
Recibí a comienzos de enero una carta del Padre desde Burgos en la que me pedía que hiciera algunas gestiones para publicar Camino: ¿hay ahí imprentas para eso?, me preguntaba; y me decía: Sólo me faltan ochenta Consideraciones: es cosa de días. En efecto, el 22 de enero concluyó aquel trabajo, que se puso a escribir a máquina enseguida, y cuya conclusión fecharía el 2 de febrero, la fiesta de la Virgen más cercana.
PEDRO CASCIARO