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24 enero 2026

SAN JOSEMARÍA HOY: 1964. Audiencia con Pablo VI

El 29 de septiembre de 1963 inauguraba Pablo VI la segunda etapa conciliar. En el mes de diciembre la clausuró y luego, en los primeros días de 1964, hizo un viaje de peregrinación a Tierra Santa. A su vuelta recibió en audiencia privada al Fundador el 24 de enero. Hablaron un buen rato a solas, pero al final del encuentro también don Álvaro entró para saludar al Papa. En larga conversación removieron recuerdos comunes, penas y alegrías, el arraigo en Roma de Mons. Escrivá y sus forcejeos jurídicos en la Curia. Tema éste en el que se extendió el Fundador, porque el asunto no estaba definitivamente resuelto. Terminada la audiencia, entregó a Pablo VI una carta en la que expresaba la mucha veneración y gratitud que por su persona tenía el Opus Dei. He aquí un párrafo:
Haciendo memoria de la mucha benevolencia manifestada a la Obra y a su humilde Fundador, y de los consejos, cortesía y aliento de Vuestra Santidad, tan generosos desde el lejano 1946, en que desempeñaba el cargo de Sustituto de la Secretaría de Estado, el que esto firma pone a los pies de V. Santidad lo que considera ser el espíritu y la pastoral del Opus Dei: el deseo de servir a la Iglesia como Ella desea ser servida. Tal es el programa que ha guiado siempre la actividad sacerdotal del que suscribe, en los treinta y seis años de vida del Opus Dei.
Con el pensamiento puesto en sus hijos de Yauyos, y en todos los del Perú, escribía a Mons. Ignacio María de Orbegozo, resumiendo la parte emotiva de la conversación:
Me recibió el Santo Padre hace unos días, en una audiencia larga y cordialísima —más de tres cuartos de hora—, y hablé de todo con la confianza que me da el amor que el Señor ha puesto en mi corazón, para Pedro. Me abrazó varias veces, se emocionó, recordando cosas viejas, y yo también me puse blandito. Al final, le dije que me había acompañado Álvaro, y lo hizo pasar, para recordar con vuestro hermano el mucho trato que tuvieron desde el 46. Le dijo el Papa a Álvaro: "sono diventato vecchio". Y vuestro hermano le contestó, haciendo emocionar de nuevo al Santo Padre: "Santità, è diventato Pietro". Antes de despedirnos, con una bendición larga y afectuosa para las dos secciones, para cada uno, para cada obra, para cada intención, quiso hacerse con nosotros dos fotografías, mientras murmuraba por lo bajo a Álvaro: "Don Álvaro, Don Álvaro...".
La cariñosa acogida que le había dispensado Pablo VI animó a don Josemaría a hacerle una confidencia, hasta entonces personal y reservada, sobre temas que llevaba muy dentro del corazón, con el solo deseo del bien de las almas. Se trata de una larga comunicación en forma epistolar fechada el 14 de junio de 1964. Era un desahogo filial con el Papa, sin buscar que se diese curso a sus comentarios. Durante el verano de 1964 se ausentó de Roma; y el 15 de agosto escribía a Mons. Dell’Acqua solicitando de nuevo audiencia de Pablo VI. Su Santidad le recibió el 10 de octubre. En esa audiencia don Josemaría volvió a exponer la materia que le preocupaba, como más adelante se verá.
En más de un momento se sintió hondamente conmovido por las muestras de delicadeza del Pontífice. En carta al Consiliario de España escribe, reviviendo la emoción de la audiencia—, ¡qué bien pagado me he sentido de tanta cosa ofrecida in laetitia al Señor en estos treinta y siete años!
VÁZQUEZ DE PRADA