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Carta a don Santos Moro, obispo de Ávila
Ánchel-Requena, San Josemaría y monseñor Moro
de Vitoria — 3-VIII-38 + Excmo. Sr. D. Santos Moro Avila Mi muy querido Señor Obispo: ¡Jesús le guarde!
No sabe bien cómo y cuánto agradecí su tarjeta, en la que habla de la visita que, a V. E. Rvma. hizo aquel hijo de mi alma.
Repito que acepto, como don de Dios, su invitación. Ahora tengo en estos ministerios unos asuntos: he de resolverlos antes.
Mi Señor Obispo D. Xavier me encarga, para mi Señor Obispo D. Santos, un saludo lleno de cariño y la invitación de que se venga V., Padre, por Vitoria: porque le dará gran alegría.
Padre: estoy gordísimo: Todo el mundo cuidándome142. Me da vergüenza: pida que tenga también cum [2r] pinguedine el alma.
Veré, al volver a Burgos, si logro estipendios; y entonces escribiré.
Necesito ejercicios, antes de dar una tanda a sacerdotes, que me ha pedido D. Xavier143.
No se olvide de este pecador. Bendiga nos. B. s. P. A.
Josemaría
Nota: Mons. Lauzurica pidió a san Josemaría, durante esta estancia en Vitoria, que diese dos tandas de ejercicios espirituales: una al clero diocesano y otra a la comunidad de monjas que atendían el palacio episcopal. Predicó los ejercicios a las religiosas los días 18 a 26 de agosto, y al clero diocesano en Vergara, del 4 al 9 de septiembre. San Josemaría, a pesar del deseo manifestado de hacer sus ejercicios espirituales antes de darlos a los sacerdotes, tuvo que hacerlos días después; en concreto, en el monasterio de Santo Domingo de Silos, del 25 de septiembre al 1 de octubre.