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En Monterrey
Apenas estaba en sus comienzos la labor apostólica con universitarios en la Ciudad de México, y ya había planes de extenderla por el resto del país. Durante el primer viaje se habían establecido algunos contactos en las ciudades de Mérida, Guadalajara, Morelia, Zamora y Puebla. Solamente quedó una ciudad a la que hubieran deseado ir: Monterrey (Nuevo León), a donde no pudieron viajar por falta de tiempo. Pero Monterrey ofrecía muchas posibilidades apostólicas. Por eso, al poco tiempo de regresar a México, en enero de 1949, don Pedro Casciaro había hecho planes con don José Luis Múzquiz, para organizar un curso de verano en Monterrey, al que pudieran asistir estudiantes mexicanos y norteamericanos.
Ya desde el primer viaje, en 1948, don Pedro y los que le acompañaban, pensaban ir a Monterrey a dar conferencias (Carta de Pedro Casciaro a José María González Barredo, 7 de junio de 1948). Finalmente, no pudieron hacer el viaje programado a esa ciudad (Carta de Pedro Casciaro a san Josemaría, 4 de agosto de 1948).
VICTOR CANO