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Nuevo traslado a la calle Viriato
Cuando el 11 de mayo de 1931 las masas desataron su violencia anticlerical, Escrivá temió́ que la iglesia del Patronato de Enfermos pudiera ser saqueada y profanada la Eucaristía. Vestido con ropas seglares prestadas y acompañado por su joven hermano se escabulló́ por una puerta lateral de la iglesia “como un ladrón”, llevando un copón lleno de hostias consagradas envuelto en una sotana y el periódico. Mientras avanzaba rápidamente por las calles, rezaba con lágrimas en los ojos “Jesús, que cada incendio sacrílego aumente mi incendio de Amor y Reparación”. Después de depositar el Santísimo Sacramento en la cercana casa de un amigo, Escrivá observó con horror el humo que cubría el cielo de Madrid a medida que ardían iglesias y conventos.
El 13 de mayo oyó́ rumores de que pronto atacarían el Patronato de Enfermos. Rápidamente localizó unas habitaciones que se alquilaban en la calle Viriato y trasladó allí́ a su familia con sus escasas pertenencias. Durante los meses siguientes tuvieron que apañarse en un diminuto apartamento cuya única ventana daba a un pozo de ventilación. La habitación de Escrivá era tan pequeña que no cabía una silla y tenía que escribir de rodillas, utilizando la cama por pupitre.
JOHN F. COVERDALE