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Conocía el Papa el desarrollo de la Obra a través de sus colaboradores más próximos. En su tercera audiencia con Pío XII, el 28 de enero de 1949, el Fundador le habló de la difusión del Opus Dei, y regaló a Su Santidad una selección de publicaciones profesionales de miembros de la Obra. Eran libros y separatas de carácter científico y de los más diversos sectores.
Pío XII ha alzado la cabeza y, en su mirada penetrante, tras las gafas redondas de metal, el Fundador del Opus Dei percibe su sorpresa.
-Sí, Santidad -le confirma-, los libros y folletos que tenéis a la vista han sido escritos por algunos de mis hijos ...
El Padre, en esta tercera audiencia del Papa, a la que ha ido acompañado por don Álvaro del Portillo, ha querido presentar al Sumo Pontífice un testimonio de lo que pueden suponer las distintas formas de hacer apostolado en la Obra. Se trata, en este caso, de una selección de libros y de artículos científicos publicados por algunos de sus hijos e hijas.
El regalo de los libros, que hubo que encuadernar previamente, fue un tanto precipitado pues el Fundador no esperaba tener una audiencia con Pío XII, como explica a los del Consejo General: Estuve con el Card. Tedeschini, que nos muestra siempre un sincero cariño. También charlé despacio con Mons. Tardini y Montini, que no pueden estar más amables. El Card. Tedeschini se empeña en que visite al Santo Padre: yo le dije que no pensaba pedir audiencia, por no quitar al Papa ni un minuto, ya que los obispos del mundo le ven sólo una vez cada cinco años. Como insistió, por si acaso, se pidieron los libros telegráficamente (Carta, en EF-490114-1).
Ni que decir tiene que la Obra no se atribuye los méritos de las actividades profesionales ejercidas por sus miembros, que son de exclusiva responsabilidad suya; pero, en esta ocasión, el Fundador ha querido escoger un ejemplo expresivo para mostrar que el apostolado de sus hijos se realiza con un espíritu plenamente secular, inmerso en todas las realidades humanas, desde las más humildes a las más relevantes.
En efecto; desde los comienzos de la Obra, no ha dejado de procurar que esa llamada específica a la santidad que proclama llegue a personas de todas las clases sociales. Por eso, se siente muy contento porque, desde 1946, han ido surgiendo vocaciones entre mujeres cuya profesión consiste en "servir", en llevar a cabo las tareas domésticas. Son ellas quienes -sin mezclarse para nada en las actividades de los varones- contribuyen a hacer acogedoras y agradables las casas en que viven algunos miembros de la Obra. Para el Padre, es éste un signo de la vitalidad del Opus Dei, así como otros muchos que se ponen de manifiesto en la expansión que se ha producido desde la última aprobación pontificia.
VÁZQUEZ DE PRADA