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21 junio 2025

San Josemaría hoy: 1943. Nace la SSS+ y don Álvaro vuelve de Roma

El 14 de febrero de 1943, Monseñor Escrivá de Balaguer celebra la Santa Misa en el oratorio del Centro que tienen las mujeres en la calle Jorge Manrique de Madrid. Y cuando termina, ha visto con claridad la solución: ha nacido la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.
Así recuerda aquel momento Encarnita Ortega:
«Después de la acción de gracias, nos pidió papel y pluma. Luego, a los pocos minutos, apareció en el vestíbulo visiblemente emocionado:
-"Mirad -nos dijo señalando una cuartilla en la que había dibujado una circunferencia y en el centro una cruz-: éste será el sello de la Obra. El sello, no el escudo -aclaró-: el Opus Dei no tiene escudos. Significa el mundo y, metida en la entraña del mundo, la Cruz, que es el sacerdocio"».
Y años después de aquel 14 de febrero de 1943 subraya Monseñor Álvaro del Portillo:
«Fue allí, en ese oratorio, dentro de la Misa, donde vio la solución canónica para que pudieran ordenarse sacerdotes de la Obra, e incluso el nombre y el sello de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz: un círculo simbolizando el mundo y, dentro, la Cruz, que es el sacerdocio».
Algunas horas más tarde de este 14 de febrero, el Padre sale camino de El Escorial. Sorprende hoy el ruido familiar en una hora inusual. Viene muy contento, sube a la habitación y llama a Álvaro. Después, paseando por la gran explanada, con la montaña de granito al fondo, le cuenta lo que ha pasado aquella mañana durante la Misa.
A partir de ese momento, el Padre trabaja intensamente en los primeros documentos jurídicos de la Obra que han de llegar oficialmente hasta la Santa Sede. Dos meses después del 14 de febrero del 43, cuando Europa vive en plena Guerra Mundial, Álvaro del Portillo sale camino de Roma en avión, para solicitar la aprobación de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Durante el vuelo pasan sobre barcos de guerra italianos y advierten la presencia de dos aviones ingleses. De pronto y con pánico general entre el pasaje, da comienzo una feroz batalla aero-naval. Sólo Álvaro permanece tranquilo en su asiento:
«Yo tenía la seguridad de que no pasaría nada, porque llevaba los papeles. No se me pasó ni una vez por la cabeza que podían echar el avión abajo (...). Y llegué al aeropuerto de la Urbe, que entonces se llamaba Aeropuerto Littorio (...). Estuve en Roma desde finales de mayo de 1943 hasta el día de San Luis, el 21 de junio, en el que regresé a España. Ya estaba la Obra completa, porque en la Santa Sede habían aceptado con entusiasmo los papeles del Padre, que llevé yo ».
Resumiendo las etapas fundacionales de la Obra, Monseñor Escrivá de Balaguer diría años más tarde:
«La fundación del Opus Dei salió sin mí; la Sección de mujeres contra mi opinión personal, y la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, queriendo yo encontrarla y no encontrándola. También durante la Misa. Sin milagrerías: providencia ordinaria de Dios».

Ana Sastre, Tiempo de caminar. Rialp, Madrid, 1990, 2ª ed.