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26 abril 2025

San Josemaría hoy: 1934. Comienzan las calumnias

Corrían por Madrid noticias turbias y deformadas sobre lo que se hacía en la Academia. Lo descubrió el sacerdote al renovar un día de mayo sus licencias ministeriales. Había ido a ver al Sr. Morán, quien, muy amablemente, llamó por teléfono interior a las oficinas del Obispado y dio las órdenes oportunas para que le atendiesen. Al acercarse a la ventanilla del despacho oyó don Josemaría que uno de la curia decía a otro de los oficinistas: — Este es el que tiene una secta apostólica. Con mucha calma, se aproximó a la ventanilla y dijo al hablador:
— Oiga, ¿no se enfadará usted, si le digo una cosa?
El otro se quedó mirándole, un tanto desconcertado; y don Josemaría le replicó sonriente:
— ¿De verdad que no se va a enfadar?
— No, ¿por qué?
— Pues mire: ni secta, ni apostólica.
Y el de la ventanilla:
— ¿Qué sabe si me refería a usted?
— Sin duda, que lo sé.
— Pues el que se pica ajos come, repitió descaradamente el de la ventanilla.
Entonces, siempre sonriente y amistoso, le dije que todo lo que hago lo sabe muy bien el Sr. Vicario. Y el buen G. C. me contó (se le escapó, porque estaba desconcertado) que habían llevado acusaciones contra mí por la Obra varias veces. Y habló de una carta... y unas invenciones burlescas sobre la calavera y la Cruz de la Dirección.

Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei (vol. II). Rialp, Madrid, 2002.