-
El medio piso de Città Leonina es un fondeadero provisional; pero aún deberán vivir ahí trece meses más. Incluso, desde el 27 de diciembre de ese mismo año 46, tendrán que ceder espacio, con absoluta separación e independencia, a un grupo de mujeres de la Obra que vendrán a Roma, llamadas por el Fundador, para iniciar sus propias tareas de apostolado y encargarse de la Administración de este centro del Opus Dei.
A decir verdad, a medida que pasan los días, el Padre advierte que la empleada húngara no es creyente y atiende sin delicadezas, con negligencia, las cosas pequeñas y grandes del oratorio. Esto le preocupa. Más aún: le hace sufrir. Tanto, que será ésa la razón determinante por la que instará a sus hijas a venir a Roma cuanto antes. Pero aunque dice el refrán que "las cosas de palacio van despacio", y no es precisamente la celeridad el rasgo distintivo de las gestiones en la Curia vaticana, hay que asombrarse de la rapidez con que Escrivá obtiene resultados positivos en sus primeros pasos ante la Santa Sede.
Pío XII ya había recibido en audiencia dos veces a Álvaro del Portillo; y también, por separado, a los profesores de Derecho Orlandis y Canals; y al científico José María Albareda, cuya talla intelectual asombró al Pontífice. Ahora se prepara la primera audiencia a Escrivá de Balaguer, que será muy pronto: el 16 de julio. Pío XII no sólo ha conocido, pues, a varios miembros de la Obra, sino que desde 1943 reza nominalmente por el Fundador y tiene sobre la mesilla de su habitación un ejemplar de Camino. Así se lo contará a Encarnita Ortega -también numeraria-, cuando unos meses más tarde la reciba, junto a Carmen Escrivá, la hermana del Fundador.
PILAR URBANO