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Todavía de noche, llegan a un corral, que les servirá de refugio durante el día. Cuando amanece, ven que es un sitio llano, con praderas, y que hay dos masías cercanas. El frío es muy intenso... Al anochecer de aquel día -martes 30 de noviembre- reemprenden la marcha. Es la cuarta etapa nocturna desde que salieron de los bosques de Rialp. De vez en cuando, se unen a ellos unos misteriosos individuos que van cargados de fardos... Contrabandistas, sin duda.
El terreno, ahora, es llano. El Padre anima a los suyos a no interrumpir el diálogo con el Señor, a pesar del extremo cansancio.
Con infinitas precauciones, cruzan la carretera que conduce a Noves de Segre y, algo más tarde, la comarcal de Seo de Urgel a Sort, junto al puente del río Arabell. Luego siguen caminando bastante tiempo por el mismo lecho del río. Cuando amanece, se ocultan entre piedras y matorrales, para que nadie les vea y, tras dormir un poco, reanudan la marcha, con objeto de cubrir la última etapa. Empiezan a caer unos copos de nieve.
FRANÇOIS GONDRAND