Página inicio

-

Agenda

7 septiembre 2025

San Josemaría hoy: 1972. A los 83 años quiere bautizarse

En Argentina, durante una de esas tertulias, en el patio de butacas está, confundido entre la masa, un santón de la ciencia, un célebre doctísimo de fama relevante. Tiene ya ochenta y tres años y es notorio su descreimiento. Nunca se ha recatado de declarar en público que él no creía ni en Dios ni en la Iglesia. Escuchando a Escrivá, siente que se le remueve la barbacoa de su agnosticismo. Busca con la mirada y descubre por allí cerca a un sacerdote del Opus Dei. Le pide, por las bravas, que le escuche en confesión: "quiero... éste... quiero... hacer la primera comunión".
Este hombre no ha practicado nunca el catolicismo. El sacerdote, sin apresurarse por el entusiasmo, le pide: "Calma... Primero hay que saber si está usted bautizado". Y, como resulta que no lo está, se hacen todos los preparativos... incluyendo, es claro, la instrucción del catecismo. Esa vaca sagrada de la ciencia, tendrá que aprenderse el catecismo de párvulos.
Días después, regenerado con el agua, con el óleo y con la sal del Bautismo, estrenará todo el candor de un neófito... a sus ochenta y tres años.
Un día, estando en casa, con unos pocos hijos suyos, Escrivá hojea un libro "Dos meses de catequesis", donde se ha recogido parte de esa predicación dialogada e itinerante. Lee, como a salto de mata. Luego, mirando con expresión divertida a los que están a su lado, les comenta:
- Todo esto es por providencia de Dios, por querer de Dios... No ha sido una casualidad, ni algo querido por vosotros o por mí: la iniciativa ha sido del Señor. Y yo le doy las gracias, por haberme dado tanta doctrina y tan buena... ¡y tan poca vergüenza, para exponerla en público!
Pilar Urbano. El hombre de Villa Tevere. Plaza y Janés, Barcelona, 1995, 7ª ed.