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2 junio 2025

San Josemaría hoy: 1969. La indumentaria adecuada

Enseña a los suyos a ser buenos pastores, los unos de los otros, y a practicar entre ellos la entrañable costumbre de la corrección fraterna, tomada del Evangelio: para que nadie se sienta solo, ni desatendido, ni desorientado, ni herido por la zarpa amarga de la indiferencia. Le aterra pensar que en el Opus Dei pueda existir alguna vez el hielo de la indiferencia.
- La indiferencia no comprende: exige y juzga, pero no corrige. El cariño, en cambio, comprende y exige, corrigiendo. En Casa, todos tenemos derecho a esa ayuda de que nos corrijan con cariño.
Un día ve que uno de los mayores de la Obra va vestido de modo inadecuado, con atuendos demasiado juveniles que, a su edad, resultan estrafalarios. Pregunta si suele vestir así siempre. Y entonces, llamando a otro hijo suyo le dice:
- Tenéis que estar en las cosas de Dios, en las cosas de la Obra y en las cosas de vuestros hermanos... El día que viváis como extraños o indiferentes, ¡habréis matado el Opus Dei! Busca la ocasión oportuna, habla con ese hermano tuyo, y, con todo cariño pero con toda claridad, le haces sobre ese punto la corrección fraterna.
No es que le dé una excesiva importancia a la indumentaria. Es que, por su misma secularidad, la gente del Opus Dei es "gente normal entre la gente normal", "otros más, entre los demás". En razón de esa naturalidad, cada quien se viste de acuerdo con su edad, con su condición y con su status social. En cierta ocasión, durante uno de sus viajes a Madrid, en 1969, Escrivá está con un grupo de estudiantes jóvenes. En ese momento hablan de la libertad. Uno de ellos lleva unas largas y ensortijadas melenas. Es la moda. El Padre se dirige a él:
- Yo tengo un profundo respeto por todo lo que no ofende a Dios. Por todo... ¡también por las melenas! Además, en tu caso, pienso que no son algo artificial sino muy auténtico: son una muestra de sinceridad...

Pilar Urbano. El hombre de Villa Tevere. Plaza y Janés, Barcelona, 1995, 7ª ed.