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1936. El proceso de cada vocación es diferente
El proceso de estas vocaciones es diferente, aunque típico en cuanto al modo de acercarse a la Obra y al entendimiento de su carácter sobrenatural: «Conocí por primera vez a don Josemaría —refiere Pedro Casciaro— en enero de 1935, en Madrid, en la Academia Residencia DYA, de Ferraz 50, presentado por un amigo mío de la infancia, entonces estudiante de Leyes.
Le visité habitualmente cada semana, para confesarme y hablar con él. Algunas semanas después comencé a asistir a alguno de los medios de formación que dirigía a estudiantes universitarios: yo era, entonces, alumno de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Todo esto hasta las vacaciones veraniegas [...]. Como temí que me retrasara la petición de admisión, se la pedí por carta y mediante el correo. Cuando juzgué que ya la había recibido, fui a verle. Comenzó entonces mi primera formación con él» (Pedro Casciaro, Sum. 6312 y 6313).
«Conocí a don Josemaría —declara Francisco Botella— el 13 de octubre de 1935, en la Residencia de Ferraz 50, en Madrid.
Yo estudiaba, a la sazón, Arquitectura y Ciencias Matemáticas. Y un compañero mío, Pedro Casciaro, me llevó a la Residencia, sin que yo supiese hasta entonces la existencia del Opus Dei [...]. Continué yendo a esa Residencia, a unos círculos que explicaba don Josemaría. Y el día 23 de noviembre del 1935 pedí el ingreso en la Obra. Y el 7 de enero de 1936 fui a vivir a la citada Residencia» (Francisco Botella, Sum. 5605).
Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei (vol. I). Rialp, Madrid, 1998, 3ª ed.