-
5 de septiembre de 1961
Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei
Al día siguiente de recibir la noticia, sábado 22 de julio de 1961, decidió ir a ver a don Leopoldo Eijo Garay, que solía veranear en Vigo.
Se compraron los billetes y el domingo salió de Londres en vuelo a Biarritz, con don Álvaro. El Consiliario de España les esperaba con un coche. Durmieron en Vitoria, y el lunes atravesaban la meseta, con un calor insoportable y un vehículo de limitada velocidad, desde la madrugada hasta la caída de la tarde. Abrazó a don Leopoldo: ¿Cuál era el problema? No había problema, todo estaba arreglado. Simplemente, el Obispo de Madrid llevaba mucho tiempo sin ver al Fundador y no quiso renunciar a esa alegría.
Se acordó el Padre de que en la cercana Tuy vivía don Eliodoro, sacerdote que le había ayudado generosamente desde los comienzos de la Obra. Su amistad y gratitud le pusieron inmediatamente en camino. Pudo verle a las tantas de la noche y regresar rendido a la cama. El 25 de julio era fiesta en Santiago de Compostela. Visitó a sus hijos e hijas y al Cardenal. Recruzó la meseta. El 27 aterrizaba en Londres.
Ese verano mandó poner un nuevo centro en Londres para la Comisión regional. Periódicamente le llegaba el correo de Roma. Los apostolados de la Obra adquirían firme estabilidad en todas partes. Incluida Inglaterra, pues yendo en coche hacia el aeropuerto de Southend, el 5 de septiembre, cantaba aquella copla de antaño:
«Capullico, capullico,
ya te estás volviendo rosa...»