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21 septiembre 2024

Celebra por primera vez en la iglesia del Patronato de Santa Isabel

21 de septiembre de 1931

Inédito, Algunas fechas de la vida de san Josemaría

Poco antes había dejado el Patronato de Enfermos. Se había ofrecido a ser el capellán de esta comunidad de religiosas -Agustinas Recoletas de la Visitación de Nuestra Señora y las Agustinas de la Asunción- ante la dificultad -por la situación política de España- de que ellas consiguieran un sacerdote que las atendiera. Por otro lado, necesitaba un lugar que le facilitara el desarrollo de la labor de la Sección Femenina y ahí podía contar con un confesonario de modo estable. De aquí salieron las primeras vocaciones de mujeres.

El Padre comenzó a ejercer como capellán de Santa Isabel, aunque sin nombramiento oficial, desde septiembre de 1931. No recibía ninguna retribución económica. El 31-I-1934 recibió autorización de ocupar la casa destinada al capellán del Patronato, aunque seguía sin recibir ninguna retribución económica por su trabajo. El 11-XII-1934 recibió el nombramiento de Rector del Patronato de Santa Isabel también sin recibir ninguna retribución económica.

Al Patronato de Santa Isabel están ligados muchos sucesos de la vida interior de san Josemaría y de la historia de la Obra. El 16-II-1932, dando la comunión a las religiosas, tuvo lugar aquella locución: "Obras son amores y no buenas razones".

En otra ocasión, el 4-II-1932, escuchó aquella locución: "Un borrico fue mi trono de gloria en Jerusalém". De ahí es la imagen del Niño Jesús que pedía a las religiosas. "De vez en cuando -contaba don Álvaro- se lo daban al Padre y dejaban que lo tuviera un día en su casa. Y saben -porque alguna vez, en la época de Navidad, cuando la imagen estaba en la iglesia, lo habían visto- que el Padre lo cogía en sus brazos, y lo besaba, y le bailaba, después de celebrar Misa solamente para la comunidad".

El 6-XII-1934, antes de celebrar Misa en la iglesia de Santa Isabel, el Padre nombró Intercesor de la Obra a San Nicolás. Contaba: "Un día estaba en el Patronato Real de Santa Isabel, del que era Rector (...). Iba a celebrar la Misa, y tenía unos apuros económicos tremendos; dije, como San Nicolás es el santo de las dificultades económicas, y el santo de casar las incasables... ¡si me sacas de esto, te nombro Intercesor! Pero antes de subir al altar, me arrepentí y añadí: y si no me sacas, te nombro igual"...

También en esta iglesia sucedió aquella anécdota de Juan el lechero. El Fundador la contaba así: "Todas las mañanas oía, a la misma hora, un ruido como de cántaros de leche que entraba a la iglesia. Me decidí a averiguar de qué se trataba y me quedé esperando en la puerta. Al cabo, entró un hombre, cargando varios cántaros de leche y ques e arrodillaba: - "¿Qué haces?, le pregunté. Y aquel hombre: - Padre, como no tengo tiempo de quedarme, simplemente le digo a Jesús: Señor, aquí está Juan, el lechero". El Padre se quedó repitiendo todo el día: "Señor, aquí está este desgraciado, que no te sabe amar como Juan el lechero".

En esa iglesia, redactó, de una sola sentada, el libro Santo Rosario. Después de entrar en Madrid, acabada la guerra, se instaló el mismo 28-III-1939, en la casa rectoral de Santa Isabel, después de comprobar que la Residencia de Ferraz 16 había quedado en ruinas. A los pocos días se trasladó ahí también la Abuela. El Padre fue Rector hasta el 1-I-1946 cuando renunció al cargo porque ya no era compatible con su labor al frente de la Obra.