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13 de septiembre de 1933
Inédito, Algunas fechas de la vida de san Josemaría
Muerte de María Ignacia García Escobar en el Hospital del Rey (también llamado de incurables). Estaba gravemente enferma de tuberculosis. Había pedido la admisión a la Obra el 9 de abril de 1932. Fue lo que san Josemaría llamó la primera vocación de expiación. Ofrecía todos sus dolores y sufrimientos por la Obra.
El Padre la conoció a través de don José Marí Somoano. Durante el tiempo que fue de la Obra -y desde antes- venía ofreciendo a Dios todos sus sufrimientos por el Opus Dei. Llevaba un año en la Obra cuando entró en la fase terminal de su enfermedad: "Tenía dolores terribles; estaba llagada de pies a cabeza; tenía la última vértebra deformada y sobresalía tremendamente. Se había quedado consumida, incluso mucho más pequeña de estatura". Murió ofreciendo su vida y sus dolores por la Obra.
El Padre escribió en su nota necrológica: "En las vísperas de la Exaltación de la Santa Cruz, 13 de septiembre, se durmió en el Señor esta primera hermana nuestra, de nuestra casa del Cielo. ¡Qué paz la suya! -¡Cómo hablaba, con qué naturalidad, de ir pronto con su Padre-Dios... y cómo recibía los encargos que le dábamos para la Patria..., las peticiones por la Obra! Un sacerdote hermano nuestro, fue el instrumento del Señor para que María viniera a la Obra -vocación de expiación- a ofrecerse víctima voluntaria por la santificación de los demás... Aun antes de conocer la Obra de Dios ya aplicaba María por nosotros los terribles sufrimientos de sus enfermedades.- Y recibía Jesús esos dolores en olor de suavidad..., apretando su víctima, cargando más la cruz..., tanto que hubo de decir la enferma a aquel sacerdote santo -nuestro hermano don José María Somoano: ¨Don José María, pienso que su intención tiene que valer mucho, porque desde que usted me indicó que pidiera y ofreciera, Jesús se está portando muy espléndido conmigo".
La oración y el sufrimiento han sido las ruedas del carro de triunfo de esta hermana nuestra". Contaba don Álvaro en una tertulia: "El Hospital del Rey estaba destinado a tuberculosos y a otras personas con enfermedades contagiosas. En aquellos años, casi ninguna tenía curación. Tan elevado era el número de enfermos, que habían tenido que colocar las camas muy juntas, sin espacio ni para una mesilla de noche entre cama y cama.
El Padre tenía 29 ó 30 años cuando atendía aquel hospital, y no dejó que nadie muriera sin recibir los sacramentos; como estaban las camas una pegada a la otra, para confesar tenía que acercar la cabeza a la almohada del enfermo y hablarle al oído. Lo hacía sin ningún miedo al contagio. En aquel hospital surgió la primera vocación de expiación, como decía entonces el Fundador. Aquella primera, María Ignacia María Escobar, falleció con dolores tremendos, pero con una alegría también enorme. Antes de morir, decía: muy grande debe ser la Obra, cuando Dios me pide tanto sufrimiento".