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3 de febrero de 1934
Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei
Cinco días más tarde se le notificaba que: — «Vista su instancia solicitando se le conceda derecho a casa, por ejercer interinamente el cargo de Capellán de las Reverendas Madres Agustinas recoletas del Monasterio de Santa Isabel y el favorable informe emitido por dicha Comunidad, este Patronato ha acordado acceder a lo solicitado», etc. La respuesta eludía toda referencia al nombramiento. Pero al Rector de Santa Isabel, con cuyo parecer no se había contado, le sentó muy mal la iniciativa del capellán y de las monjas, y más aún la posterior decisión de las autoridades civiles. Por todo lo cual, y para ahorrarse disgustos, don Josemaría decidió no ocupar de momento la casa de Santa Isabel. Más que por lo que pudiera pensar el Rector, lo hizo por otras razones, que recoge ordenada y puntualmente en sus Catalinas:
¿Razones? 1º/ Que no pueden vivir allí los míos, sin vivir yo también. 2º/ Que no conviene que viva yo en el convento, porque me ato más a los míos, cuando suspiro por soltarme. 3º/ Que Jesús quiere, para el curso próximo, el internado: y he de vivir yo en él.
Por lo que se desprende de su apunte del 3 de febrero acerca de esta cuestión de la casa, consideraba haber dado un paso adelante en cuanto a la "estabilidad" en Madrid; pero no se decidía a cambiar de vivienda por las razones señaladas y, principalmente, por la última que enumera: la esperanza de vivir pronto en un centro de la Obra con el Señor en el sagrario: porque espero que El se vaya a vivir con sus hijos, —somos hijos de Dios— a la Casa del Ángel Custodio, en Navidad del 34, y ¿en qué cabeza cabe que, estando allí Jesús (ya vamos mirando el precio de una buena caja de caudales, para ese Sagrario), no esté yo? (Apuntes, n. 1128).