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4 noviembre 2024

Ricardo Fernández Vallespín

4 de noviembre de 1933

Inédito, Algunas fechas de la vida de san Josemaría

Pide la admisión D. Ricardo Fernández Vallespín. Era entonces un estudiante de arquitectura de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid y le faltaba poco más de un año para terminar la carrera. La situación económica de la familia de don Ricardo no era buena y, para ayudar, daba clases particulares a un muchacho llamado José Romeo. Desde los tiempos de Zaragoza, san Josemaría era amigo de esa familia. Y en casa de esa familia conoció a don Ricardo un día que fue para darle clase a José.

Don Ricardo no se había planteado jamás ningún problema vocacional. Deseaba terminar cuanto antes la carrera y ganarse la vida. Se sintió atraído inmediatamente por el Fundador: "aquel sacerdote -escribió más tarde- que en sus palabras corrientes y sencillas, traslucía un alma plenamente dada a Dios". Y concertó una entrevista con él que tuvo lugar quince días después, en la casa de Martínez Campos. Don Ricardo acudió a la cita con la seguridad de que tendría "una influencia decisiva" en su vida.

En aquella ocasión, al terminar de platicar con él, el Padre le regaló un ejemplar de Historia de la Sagrada Pasión de La Palma y escribió como dedicatoria: "+ Madrid 29-V-33. Que busques a Cristo. Que encuentres a Cristo. Que ames a Cristo". En esta ocasión, el Padre le habló de la Obra. Le explicó que para llevarla a cabo se necesitaba un grupo de amadores de Cristo que santificasen su trabajo en medio del mundo y que estuvieran clavados en la Cruz. Entusiasmado, cuenta don Ricardo, "le dije simplemente: -yo quiero ser "eso", porque ni siquiera sabía cómo se llamaba "eso" que era la Obra de Dios". A partir de ese momento, le consideró de la Obra. Una de las primeras tareas que le encomendó fue la de buscar por todo Madrid una sede para la Academia DYA.

Pocos días después anotaba en sus Catalinas: "Día 13 de noviembre de 1933. Estos días andamos a vueltas con los muebles, para el piso. Se encargó de comprarlos Ricardo F. Vallespín, porque se hace contrato a su nombre, y -siempre me quedo solo- a pesar de su venida, he de arreglar yo esa cuestión".