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3 de noviembre de 1939
Onésimo Díaz, Posguerra
Escrivá era solicitado cada vez más por los obispos para dirigir ejercicios espirituales en sus diócesis, colaborando con la jerarquía española en las tareas de cristianización del país. Sobre la unión del fundador con la jerarquía diocesana vale la pena recordar que, a principios de noviembre, el fundador decidió incluir una plegaria por el obispo de la diócesis en las Preces, oración que todas las personas del Opus Dei rezaban y rezan cada día.
Los obispos de Ávila, León y Madrid pidieron al fundador del Opus Dei que predicara cinco tandas de ejercicios espirituales a los sacerdotes y seminaristas de sus diócesis en el curso 1939-1940. Además, dio cuatro cursos de retiro a estudiantes universitarios, mujeres y hombres, y también bastantes retiros de un día de duración a religiosos, sacerdotes y seglares en Madrid, Valencia, Valladolid y Zaragoza. En cierto modo, lo que movía al fundador era el anhelo de colaborar en el resurgir espiritual de España, tal como lo contaba desde Ávila a los de Jenner:
Estoy dando una de esas frecuentes tandas de ejercicios para Sacerdotes, que la Jerarquía me encomienda. ¡Qué alegría siento de servir a la Iglesia! Quema que siempre fuera ese nuestro empeño: servir.
En este texto se puede ver que, además del deseo de cooperar en la restauración católica de España, lo que impulsaba principalmente al fundador era su afán de servir a la Iglesia universal: este fue su leitmotiv en sus escritos y en sus obras durante toda su vida.