-
27 de noviembre de 1924
Inédito, Algunas fechas de la vida de san Josemaría
Muerte del Abuelo en Logroño. Después el desayuno, el Abuelo se entretuvo jugando un momento con tío Santiago (iba para los seis años), se arrodilló un momento ante la imagen de la Virgen Milagrosa que estaba de turno en la casa. Al llegar a la puerta de la casa para salir, se desmayó. Dos horas más tarde, habiendo recibido los últimos sacramentos, moría sin haber vuelto en sí.
El dueño del negocio donde trabajaba el abuelo, al ver que no llegaba, envió a Manuel Ceniceros para que averiguase lo que sucedía. Cuando llegó a la casa de los abuelos, el abuelo todavía vivía pero falleció poco después "con una santidad que invadía a toda la familia", según dice Manuel Ceniceros. Le encargaron que pusiera un telegrama a san Josemaría para pedirle que se trasladara a Logroño. El Padre se trasladó desde Zaragoza al recibir el telegrama de que su padre estaba gravemente enfermo.
El mismo Manuel fue a la estación a esperarlo, cuando llegó, no tuvo más remedio que decirle la verdad. "Lo aceptó -dice Manuel- con una serenidad tan grande, que me sorprendió de una manera difícil de explicar".
El Padre tuvo que pedir prestado a don Daniel Alfaro -capellán castrense-, para los funerales de su papá. Velaron el cadáver toda la noche. En alguna ocasión dijo, refiriéndose al abuelo: "No lo recuerdo jamás con un gesto severo; le recuerdo siempre sereno, con el rostro alegre. Y murió agotado: con sólo cincuenta y siete años, pero estuvo siempre sonriente. A él le debo la vocación".