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24 de noviembre de 1939
Onésimo Díaz, Posguerra
El 24 de noviembre, Albareda, que era natural de la localidad zaragozana de Caspe y tenía amigos y parientes en la capital aragonesa, viajó a Zaragoza. Visitó la basílica del Pilar para rezar por las gestiones que le había encomendado el fundador. A su hermano Manuel, marqués de Embid, que conocía y apreciaba a Escrivá, le pidió que entregase un ejemplar de Camino al arzobispo, Mons. Rigoberto Doménech, y le comunicase que pronto el autor de ese libro le haría una visita con el fin de pedir permiso para iniciar la labor apostólica del Opus Dei en su diócesis. También habló con dos sacerdotes amigos del fundador, José Pou de Foxá y Luis Latre, y con varios profesores universitarios que podían facilitar nombres de estudiantes interesa dos en conocer el Opus Dei. Después, Albareda depositó una docena de ejemplares de Camino para la venta en una librería; y preguntó a sacerdotes y profesores universitarios —conocidos suyos— si estaban dispuestos a presentarle jóvenes con interés por recibir formación cristiana.