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2 de noviembre de 1940
John F. Coverdale, La Fundación del Opus Dei
Escrivá bendijo la residencia el 20 de septiembre de 1940. Durante la ceremonia, expresó su esperanza de que pronto fuera posible tener allí a Jesucristo presente en el sagrario. Antes de destinarla al nuevo uso, la casa tenía un pequeña capilla que pasó a ser el oratorio de la residencia. Podía ampliarse abriendo unas puertas correderas que conectaban con dos habitaciones contiguas. El altar fue decorado con azulejos del siglo XVII. Federico Súarez, estudiante de Historia que se había incorporado recientemente al Opus Dei, los había encontrado entre un montón de escombros en un solar en construcción. Para el retablo del altar, Fernando Delapuente, miembro de la Obra que vivía en Madrid y que más tarde sería un afamado pintor, hizo una copia de una crucifixión de Van der Weyden. Escrivá celebró la primera Misa en el oratorio el 2 de noviembre de 1940. Después de reservar el Santísimo Sacramento en un sagrario prestado exclamó: “Estoy muy contento. ¡Otro Sagrario!”.
Cuando la residencia de Samaniego abrió, vivían en ella tres fieles del Opus Dei: Casciaro, Fuenmayor, subdirector, y Jesús Urteaga, que había pedido la admisión en el Opus Dei durante el verano y fue a Valencia a empezar la carrera universitaria. Sólo había uno que no pertenecía a la Obra. Había muchas plazas libres y los residentes tardaban en venir. Para llegar a fin de mes, los miembros de la Obra abrieron una academia dirigida a alumnos de secundaria que se preparaban para ingresar en la universidad y que ofrecía también clases de Derecho Civil.
Poco a poco la residencia se fue llenando hasta alcanzar los veinte residentes previstos. Además, muchos otros universitarios iban allí a estudiar y a las clases de formación cristiana. En el primer año de funcionamiento, pidieron pertenecer al Opus Dei cinco de ellos.