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10 de noviembre de 1939
Onésimo Díaz, Posguerra
Además de Hernández Garnica, otros “mayores” del Opus Dei como Portillo y Botella daban clases de formación cristiana a residentes y amigos. Era una manera de que ellos mismos ganasen en madurez y responsabilidad al encargarse de preparar e impartir las clases y círculos a los estudiantes universitarios que vivían o frecuentaban Jenner. Hasta este momento se había encargado el fundador, desde aquel primer círculo impartido en enero de 1933 a tres estudiantes de Medicina en un local prestado del asilo de Porta Coeli, en Madrid. En el diario, Jiménez Vargas (con fecha 10 de noviembre) recordó el suceso:
Hemos reunido el grupo de medicina. Habló un momento el P. recordando que somos los primeros de Porta Coeli. Vamos preparando las cosas para poder atender a los nuevos y dar los cursillos cuando el P. se marche fuera de Madrid.
Con el paso del tiempo se multiplicaron los asistentes, y muchos días había varias clases. Los temas eran muy variados: la Virgen, la Misa, los Ángeles, cómo hacer oración mental, el sentido de la mortificación, etcétera. Al final de cada sesión se solía pasar una bolsa para hacer una colecta voluntaria, y con el dinero recaudado se compraban flores para el oratorio y para visitar a personas pobres, tal como ya se hacía en la antigua residencia de Ferraz. También los sábados se hacía colecta destinada a comprar flores para adornar la imagen de la Virgen los días en que se celebrara alguna fiesta mariana. En el diario el director anotó el siguiente detalle:
Unos cuantos residentes han ido a comprar flores para la Virgen.
La vida en Jenner seguía su curso. Desde finales de noviembre de 1939 algunos jóvenes del Opus Dei comenzaron a viajar los fines de semana desde Madrid a otras ciudades universitarias.