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18 de octubre de 1939
Onésimo Díaz, Posguerra
Ese mismo día del 2 de octubre, el fundador del Opus Dei se acercó a la vicaría de la diócesis y regaló ejemplares de Camino a Leopoldo Eijo y Casimiro Morcillo; y al vicario le informó de un individuo que estaba sembrando desorientación al presentar una especie de fundación que copiaba lo que había visto en la residencia DYA antes de la guerra. Ese individuo había montado durante la Guerra Civil en Alicante una asociación piadosa llamada “Milites Christi”, que ofrecía círculos de formación cristiana. Después de la guerra se instaló con algunos de sus seguidores en una residencia de estudiantes, llevada por dominicos, en la calle General Oraá de Madrid. Copiaba lo que había visto en DYA cuando fue residente durante el curso 1934- 1935, pero el mayor problema radicaba en que se atribuía ser antiguo director de DYA y además amigo estrecho del obispo de Pamplona, Mons. Marcelino Olaechea. Este prelado escribió una carta a san Josemaría el 18 de octubre de 1939, asegurando que no conocía a ese sujeto, «que se hacía pasar por conocido mío y hasta por dirigido mío». Mons. Olaechea era muy amigo de Escrivá, hasta tal punto que lo acogió varias semanas en su palacio episcopal después de pasar los Pirineos en el invierno de 1937.